IN-TOLERANCIA HACIA EL PAPA

Es realmente preocupante la absoluta falta de respeto hacia el Papa por parte de partidos, comunicadores y medios que siempre presumen de tolerancia. Los mismos que pregonan –con toda la razón– que hay que defender la libertad de opinión e ideas, luego se pasan por el arco del triunfo esos principios para arremeter con cierta dureza contra un líder religioso por el simple hecho de que no respiran con sus ideas y doctrinas. Sólo hay que pasearse un poquito por los medios o Internet –estos días previos a la visita del Pontífice a Santiago y Barcelona– para descubrir que políticos de un conocido partido nacionalista se mofan públicamente de Benedicto XVI; o que algunos periódicos defensores hasta de los derechos del mono bicolor en el Amazonas saltan con todo lo que haga referencia al Papa; o que un par de cadenas televisivas aprovechan sus telediarios y programas de humor para descargar toda su artillería de mala leche hacia una figura que, pese a quien le pese, es referencia para varios cientos de millones de personas en todo el mundo. No es cuestión de cristianismo, judaísmo, budaísmo o funambulismo. No. Es ser sencillamente coherentes con lo que se dice y luego se hace.

 

• Intolerancia: «Falta de tolerancia, especialmente religiosa».

• Tolerancia: «Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias».

 

 

5 comentarios en “IN-TOLERANCIA HACIA EL PAPA”

  1. La cuestión , si la Iglesia se dedicara a cuestiones divinas y no se metiera con lo Social y lo Político el Papa probablemente no recibiría ninguna crítica. Pero la Iglesia y el Papa insisten en no sólo participar, sino inmiscuirse en los temas de la polis. Así que no veo por qué no debería estar sujeto a escrutinio, crítica y objeción como cualquier otro actor. Más aún cuando, a diferencia de las instituciones y de los partidos políticos, la Iglesia es intrínsecamente un organismo no democrático. Es decir, para ser más claros, el que juega con barro, se ensucia.

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  2. LAS ACUSACIONES DEL PAPA DESATAN UN PROFUNDO MALESTAR EN ESPAÑA
    Las elegantes protestas institucionales y las más explícitas en la calle han convivido durante la visita papal a España.

    Por Jesús Moreno Abad
    Benedicto XVI acusó a España de practicar un “laicismo agresivo” y lo asimiló con el clima previo a la Guerra Civil del país. El presidente del Gobierno, numerosos partidos políticos y la prensa han mostrado su malestar. Esta visita y la de 2011, les costarán a España 29 millones de euros.
    La visita del Papa a España este fin de semana ha dejado algo más que un poso de malestar en el país. Antes de aterrizar, Benedicto XVI ya había dinamitado el talante de cortesía que se le presuponía a la visita: «En España ha nacido una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como se vio en la década de los años treinta», aseguró el pontífice, rescatando la etapa histórica de España que acabó con un cruento golpe de Estado en forma de guerra civil que dio pasó a una dictadura militar apoyada por la Iglesia católica.

    Pero el Papa no se limitó a referencias históricas. Se arremangó la sotana y entró en la arena política actual: «Y ese enfrentamiento, disputa entre fe y modernidad, ocurre también hoy de manera muy vivaz», remató el pontífice aludiendo al Gobierno de España. El Papa no llegaba a España en son de paz, y no lo disimulaba.

    En un primer momento el Gobierno español no quiso ofrecer respuesta alguna a las palabras del Papa, pero el malestar en parte del arco parlamentario del país fue creciendo. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el partido del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, hizo una valoración inmediata del suceso: «El Papa se equivoca gravemente», aseguró una de sus portavoces, Elena Valenciano. «El Gobierno de Zapatero ha tratado mejor a la Iglesia católica que otros gobiernos». Según la dirigente socialista, «la sociedad española se aleja de la cúpula eclesiástica con pasos de gigante”. Y añadió: “Algo no estarán haciendo bien para que eso ocurra».

    Y es que, según las encuestas, la influencia de la Iglesia, tradicionalmente muy fuerte en España, retrocede, y sólo un 73% de los españoles se declaran actualmente católicos, contra un 80% de sólo hace ocho años.

    El malestar obliga a Zapatero a responder

    La fontanería del Vaticano que acompaña al pontífice intentó evitar la inundación que se sobrevenía por sus palabras. «El Papa no quiso ser negativo ni polémico», dijo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, quien trató de quitar hierro a las declaraciones de Benedicto XVI. Este defendió que sus opiniones se han «interpretando de forma injusta». Pero el daño estaba hecho.

    La ola de respuestas entre las formaciones políticas fue in crescendo. Izquierda Unida, a través de su portavoz Gaspar Llamazares, calificó de “injerencia inaceptable en la vida política del país” las palabras de Ratzinger. «Su intervención es un insulto y una afrenta a la democracia española y a la memoria democrática de los españoles», sostuvo Llamazares, que considera «un sarcasmo que el líder de la Iglesia católica, cómplice de una de las dictaduras más sangrientas de la historia, venga a dar lecciones».

    El clima se fue caldeando. Ese tipo de reflexiones se sucedieron en otras formaciones políticas. Desde Esquerra Republicana de Cataluña se consideró que el Papa y la jerarquía católica están “cada vez más alejadas de los movimientos sociales”. También el católico Partido Nacionalista Vasco se quejó: “Decir que en España se está viviendo una crisis espiritual como la de los años treinta es, cuando menos, desconcertante. Nos evoca a tiempos que creíamos superados, aunque no olvidados. Tiempos de exaltación católica con consecuencias en la convivencia social».

    Los editoriales de la prensa nacional reflejaron el malestar que causó la actitud del Papa durante la visita. «El Papa fue injusto y poco diplomático”, escribió El País, periódico de centroizquierda. «Su segunda visita a España (…) constituía una ocasión excepcional para
    aunar fe, razón y cultura», pero «no lo ha aprovechado», insistió el diario. Desde el centroderecha también hubo cierta picazón con el pontífice: El Mundo lamentó la «desafortunada referencia» hecha por el Papa a esa época.

    Así, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero tuvo que salirle al paso a Benedicto XVI, por el revuelo que causaron sus palabras. España «es un Estado aconfesional» que, si bien «reconoce el peso» de la Iglesia católica, «garantiza la libertad de todos», le dijo al Papa, según informó la Moncloa.

    Las visitas del Papa costarán 29 millones de euros

    En medio de la tormenta que ha generado la visita del Papa, algunos en España se han parado a calcular lo que le cuesta al país la visita en estos tiempos de fuertes recortes presupuestarios.

    La asociación Europa Laica hará llegar esta semana una factura simbólica por valor de seis millones de euros al nuncio apostólico del Papa en España, en la que se refleja el coste que la visita. Cada hora de las 32 que ha pasado el Benedicto XVI en España ha costado 187. 500 euros a cada contribuyente español, denuncia la organización.

    Según sus datos, el viaje a Santiago les costó a los españoles tres millones de euros; el de Barcelona, 1,8 millones de euros, y su visita a Madrid en 2011 costará 25 millones de euros.

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  3. EL PAPA PERDIÓ UNA OCASIÓN PARA RECONCILIAR”
    España: Protesta gay con besos durante la visita del Papa.
    Los comentarios de Benedicto XVI durante su visita a España, donde dijo que se vive un “laicismo agresivo como el de los años 30”, refiriéndose a la secularización, son tema de los editoriales europeos.

    El País, de Madrid: “Benedicto XVI es ante todo un teólogo y, por ello, su gran preocupación estriba en reconciliar fe y razón. Y su segunda visita a España, con etapas en Santiago de Compostela y la dedicación ayer de la Sagrada Familia de Barcelona como basílica menor, constituía una ocasión excepcional para aunar fe, razón y cultura. No la ha aprovechado. (…) El Papa fue injusto y poco diplomático cuando, volando hacia Santiago de Compostela, comparó en el tradicional encuentro con periodistas el «laicismo agresivo» de la España actual con el que incendiaba iglesias y conventos durante los años treinta del siglo pasado. Y ayer el Pontífice volvió a la carga cuando en la homilía en la Sagrada Familia descalificó y cerró las puertas a otros tipos de familia, se inmiscuyó en asuntos del César, al pedir ayuda pública para el matrimonio «natural» y sus frutos, y anatemizó la ampliación de los supuestos del aborto. En este viaje, Benedicto XVI ha desperdiciado una espléndida ocasión para reconciliar, como hizo en su día el poeta Maragall, las dos visiones del mundo en el que nació el templo de la Sagrada Familia: el clericalismo reaccionario y el anticlericalismo revolucionario del movimiento obrero catalán.”

    “Benedicto XVI mezcla peligrosamente religión con política”

    Le Courier Picard, de Amiens: “Cuando el Papa habla de una vuelta al ‘anticlericalismo agresivo’ de los años 30, refiriéndose al delicado tema de la guerra civil española, en la que el clero apoyaba decididamente a los franquistas, (…) está adoptando un tono claramente político y hasta militante. Así como lo hizo el mes pasado en el Vaticano, cuando felicitó a Nicolas Sarkozy por todo lo que hace ‘por Francia y por el Cristianismo’. Si bien con eso el Papa hace un llamamiento a que Europa dé un nuevo ímpetu a sus raíces cristianas, está mezclando peligrosamente la religión con la política. Esta es la oportunidad para recordarle que Europa no debe ser reducida a la moral religiosa o cristiana.”

    “Si la política calla, el Papa toma la palabra”

    Rzeczpospolita, de Varsovia: “La izquierda liberal siempre vio a la Iglesia como agresora y enemiga de la libertad. En España, los creyentes tienen, hace seis años, motivos de sobra para sentirse marginados como ciudadanos. La opinión pública europea reacciona siempre enérgicamente a los giros hacia la derecha. Pero si los socialistas de Zapatero ponen en práctica su plan de secularización radical, que incluye limitar los derechos de los católicos, hasta los cristianodemócratas europeos callan. (…) Y si la política calla, no debería sorprender de que el Jefe de la Iglesia Católica tome la palabra.”

    «¿Señal del ocaso de nuestra civilización?»

    Le Telegramme, de Brest: “¿Es posible que la visita del Papa Benedicto XVI a España el fin de semana pasado sea un suceso tan significativo como las discusiones dentro del partido que gobierna Francia? ¿Es posible que las marchas de protesta de miles de opositores al Papa en el Camino de Santiago sea, después de la masacre de católicos en Bagdad, una nueva señal del ocaso de nuestra civilización?”

    CP/dpa

    Editora: Emilia Rojas-Sasse

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  4. [Mirando el Horizonte]
    «Vivir iluminados por la verdad de Cristo»
    Angel Corbalan

    «Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí»

    Cuando el Papa aterriza en tierra gallega, el aforo de la catedral está completo. Nadie quiere llegar tarde a la cita, y en el momento en que se le vislumbra entre la niebla de la escalera, el aplauso se contagia de inmediato en todo el templo. Toca esperar algo más de una hora, pero el tiempo pasa volando, entre los ensayos de los organistas, la llegada de obispos, avisos de la organización…

    Una hora fue suficiente para que la Plaza del Obradoiro se llenara.
    Los voluntarios habían apurado la noche colocando vallas y sillas, y distribuyendo las zonas. Aquellos que optaron por permanecer en vela para encontrar un lugar preferente, lo lograron. Gritos, cánticos, rezo de laudes, confesiones… El día dio para mucho, incluso para reponer varias veces las máquinas de refresco que se instalaron en un lateral del Obradorio.

    Aunque ya habíamos estado el pasado fin de semana en Santiago de Compostela, si entonces, tanto la Catedral como la plaza del Obradoiro y sus aledaños, estaban abarrotados de gentes llegadas de mil lugares………..Ayer, con la llegada del Primer Peregrino de Roma, Su Santidad Benedicto XVI, no cabia un alfiler, como diría un castizo.

    Visitantes de todo el mundo, muchos de ellos latinoamericanos y llegados en las últimas horas a Santiago de Compostela (noroeste de España), se mostraron hoy contentos por ver al papa Benedicto XVI a pesar de que gran parte no pudieron acceder a la catedral o la plaza del Obradoiro.

    En esta plaza a los pies de la catedral de Santiago esperan miles de personas para asistir a la misa que oficiará el Papa.

    Marcos y Litiana, una pareja de nacionalidad peruana residente en Compostela y padres de tres hijos, acudieron a la también cercana plaza de la Quintana para ver cómo el Papa se asomaba por la Puerta Santa de la catedral de Santiago.

    «Esperábamos realmente que estuviera lleno», comentó Marcos a Efe, a lo que Litiana añadió que estaban «sorprendidos» al ver que «no hay tanta gente».

    Ambos recordaron que en 1985, cuando vieron a Juan Pablo I en Lima, «acudió una multitud».

    Una pareja argentina recién casada hizo coincidir su luna de miel con esta visita del papa Benedicto XVI a Compostela y aguardó en cola para poder estar en la eucaristía.

    Rubén, de 35 años, originario de Paraguay aunque residente en Compostela, acudió acompañado de sus dos hijas esperanzado de hacerse un hueco en algún lugar para ver al Papa.

    Un grupo de estudiantes chilenos que esperaba esta mañana para acceder a la plaza del Obradoiro, donde Benedicto XVI oficiará una misa ante 7.000 feligreses, afirmó su intención de «agradecer el rescate» de los trabajadores atrapados en la mina San José.

    Otra peregrina mexicana confesó su intención de rezar «por la paz mundial» y porque «todo se calme y esté mejor».

    Sheelagh, una jubilada irlandesa, forma parte de un grupo de mujeres de ese país que efectúa un viaje organizado en cuyo recorrido se incluye, además de Compostela, la localidad portuguesa de Fátima, que atrae anualmente a decenas de miles de católicos.

    Originaria de Cork, en el sur de Irlanda, indicó a Efe que el viaje había sido organizado meses atrás y que los promotores «lo hicieron coincidir con la visita del Papa» al enterarse de su visita a la capital gallega.

    Las lituanas Salomé y Loreta, de 22 y 27 años, viajaron desde su país hasta Madrid, donde se reunieron con un grupo de jóvenes de varios países bálticos y de otras nacionalidades europeas para viajar hasta Tui, en el límite fronterizo de Galicia con Portugal, para hacer el denominado Camino portugués.

    «Ha sido pura coincidencia que estemos aquí para ver al Papa», dijo Salomé, quien señaló que llegaron ayer tras varios días de caminata y afirmó que están «sorprendidas» de poder ver al Pontífice y de observar ese «frenesí que algunos parecen mostrar» con ese evento.

    La plaza, al igual que las sonrisas, rebosaba. Miles de personas agitaban las manos cada vez que la gran pantalla situada al lado del altar les enfocaba y ayudaban así a sobrellevar los minutos de espera. Llamadas a los móviles desde Sevilla, Madrid o Cartagena con familiares que decían «te he visto» arrancaban la sonrisa y convertían a los allí presentes en «protagonistas».

    Los seminaristas gallegos tomaron la palabra desde la escalinata de la catedral, convertida en un palco vocacional. No les hacía falta micrófono para ejercer de animadores. Lograron que los allí congregados botaran e hicieran la ola y alzaran la voz con cánticos ante la acogida al Santo Padre: «Sí, sí, sí, el Papa ya está aquí», «esta es la juventud del Papa» y «se nota, se siente, el Papa está presente». Los cadetes de la Escuela Naval Militar saludaban con sus gorras cuando les recogía la cámara y la plaza les correspondía con una ovación. A medida que los cardenales llegaban, los allí congregados aumentaban sus aplausos y, con ellos, su emoción. «Ya queda menos para que venga el Papa», decían.

    Entre las autoridades que asistieron a la Eucaristía estaban en primera fila Alberto Núñez Feijóo, José Blanco, Mariano Rajoy con su esposa Elvira… Los más aclamados, después de Benedicto XVI, los Príncipes de Asturias. Don Felipe sonrió y saludó durante todo el trayecto que separaba el Hostal de los Reyes Católicos, donde almorzaron, del altar. Doña Letizia, con gesto serio, lució un abrigo en color crudo.

    María Sanz, gallega, destacaba lo «emocionante» que le habían resultado las palabras del Santo Padre. «Me ha impresionado, estoy muy contenta por estar aquí». También Sonia, una voluntaria que miraba de reojo los apuntes de los periodistas, decía que «todo era una maravilla».

    Bufandas con mensaje

    Las bufandas donde se podía leer «Benedicto XVI en Santiago de Compostela» arropaban a niños y mayores contra el frío; otros las agitaban con energía. Aun así, el cielo de Santiago respetó el acto y no llovió. «Eso es porque el Papa lo ha pedido, se porta hasta en eso», comentaba Carlos.

    Joyce Ganga estudia Medicina en Madrid y pertenece a la Parroquia de la Magdalena. Cogió anoche el último autobús para poder llegar a la Misa del Papa: «Hemos venido porque parece que es un momento crítico para un cristiano y teníamos que demostrar que estamos aquí». Han comido a base de bocadillos «donde hemos podido» y comentaba que además querían «animar a la gente para que vengan a Madrid a la JMJ».

    Tras la comunión, las lágrimas se reflejaban en los rostros de algunos de los presentes. Después de la Misa, el Papa se reunió brevemente con el líder de la oposición, Mariano Rajoy. De la plaza del Obradoiro no se movía nadie y despidieron al Pontífice con cánticos de «sí, sí, sí, nos vemos en Madrid».

    Eso sería un breve resumen, aunque pronto………serán rios de tinta los que vertiran para contar los millones de mensajes que los fieles han percibido de esta presencia de Su Santidad en Santiago de Compostela…………..ni más ni menos que en el Año Santo Jacobeo 2010.

    Aprovechamos y mostramos integra la Homilia del Santo Padre.

    HOMILIA.

    «Señores Cardenales, Queridos Hermanos en el Episcopado,
    Distinguidas Autoridades, Queridos sacerdotes, seminaristas, religiosos y religiosas, Queridos hermanos y hermanas, Amigos todos

    En gallego:

    Agradezo a Monseñor Xulián Barrio Barrio, Arcebispo de Santiago de Compostela, as amables palabras que agorameten dirixido e ás que correspondo compracido, saudándovos a todos vós con afecto no Señore dándovo-las gracias pola vosa presencia neste lugar tan significativo.

    [Agradezco a Monseñor Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela, las amables palabras que me acaba de dirigir y a las que correspondo complacido, saludando a todos con afecto en el Señor y dándoos las gracias por vuestra presencia en este lugar tan significativo.]

    Peregrinar no es simplemente visitar un lugar cualquiera para admirar sus tesoros de naturaleza, arte o historia.
    Peregrinar significa, más bien, salir de nosotros mismos para ir al encuentro de Dios allí donde Él se ha manifestado, allí donde la gracia divina se ha mostrado con particular esplendor y ha producido abundantes frutos de conversión y santidad entre los creyentes. Los cristianos peregrinaron, ante todo, a los lugares vinculados a la pasión, muerte y resurrección del
    Señor, a Tierra Santa. Luego a Roma, ciudad del martirio de Pedro y Pablo, y también a Compostela, que, unida a la memoria de Santiago, ha recibido peregrinos de todo el mundo, deseosos de fortalecer su espíritu con el testimonio de fe y amor del Apóstol.

    En este Año Santo Compostelano, como Sucesor de Pedro, he querido yo también peregrinar a la Casa del Señor Santiago, que se apresta a celebrar el ochocientos aniversario de su consagración, para confirmar vuestra fe y avivar vuestra esperanza, y para confiar a la intercesión del Apóstol vuestros anhelos, fatigas y trabajos por el Evangelio. Al abrazar su venerada imagen, he pedido también por todos los hijos de la Iglesia, que tiene su origen en el misterio de comunión que es Dios. Mediante la fe, somos introducidos en el misterio de amor que es la Santísima Trinidad.

    Somos, de alguna manera, abrazados por Dios, transformados por su amor. La Iglesia es ese abrazo de Dios en el que los hombres aprenden también a abrazar a sus hermanos, descubriendo en ellos la imagen y semejanza divina, que constituye la verdad más profunda de su ser, y que es origen de la genuina libertad.

    Entre verdad y libertad hay una relación estrecha y necesaria. La búsqueda honesta de la verdad, la aspiración a ella, es la condición para una auténtica libertad. No se puede vivir una sin otra. La Iglesia, que desea servir con todas sus fuerzas a la persona humana y su dignidad, está al servicio de ambas, de la verdad y de la libertad. No puede renunciar a ellas, porque está en juego el ser humano, porque le mueve el amor al hombre, «que es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma» (Gaudium et spes, 24), y porque sin esa aspiración a la verdad, a la justicia y a la libertad, el hombre se perdería a sí mismo.

    Dejadme que desde Compostela, corazón espiritual de Galicia y, al mismo tiempo, escuela de universalidad sin confines, exhorte a todos los fieles de esta querida Archidiócesis, y a los de la Iglesia en España, a vivir iluminados por la verdad de Cristo, confesando la fe con alegría, coherencia y sencillez, en casa, en el trabajo y en el compromiso como ciudadanos.

    Que la alegría de sentiros hijos queridos de Dios os lleve también a un amor cada vez más entrañable a la Iglesia, cooperando con ella en su labor de llevar a Cristo a todos los hombres. Orad al Dueño de la mies, para que muchos jóvenes se consagren a esta misión en el ministerio sacerdotal y en la vida consagrada: hoy, como siempre, merece la pena entregarse de por vida a proponer la novedad del Evangelio.

    No quiero concluir sin antes felicitar y agradecer a los católicos españoles la generosidad con que sostienen tantas instituciones de caridad y de promoción humana. No dejéis de mantener esas obras, que benefician a toda la sociedad, y cuya eficacia se ha puesto de manifiesto de modo especial en la actual crisis económica, así como con ocasión de las graves calamidades naturales que han afectado a varios países.

    En gallego:
    Con estes sentimentos, pídolle ao Altísimo que vos conceda a todos a ousadía que tivo Santiago para ser testemuña de Cristo Resucitado, e así permanezades fieis nos camiños da santidade e vos gastedes pola gloria de Deus e polo ben dos irmáns máis desamparados. Moitas gracias.

    [Con estos sentimientos, pido al Altísimo que conceda a todos la audacia que tuvo Santiago para ser testigo de Cristo Resucitado, y así permanezcáis fieles en los caminos de la santidad y os gastéis por la gloria de Dios y el bien de los hermanos desamparados.
    Muchas gracias. »

    Hoy, ya en Barcelona, será la ciudad condal y decenas de miles de creyentes, los que le darán la bienvenida ,se emocionarán y rezarán en las inmediaciones de la Sagrada Familia.

    Desde aquí, este blog de parroquia………….. Benvido, Bienvenido………..Su Santidad Benedicto XVI, gracias por estar aquí, cuando más lo necesitamos.

    Fuentes:
    Oficina Vaticano
    Agencia Efe
    La Razón
    Ángel Corbalán
    Mirando el Horizonte

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  5. Insultos contra Benedicto XVI

    Con motivo de la visita del Papa a España, en Barcelona se han destado insultos barriobajeros y críticas por parte de algunos miembros del ayuntamiento anfitrión del evento, achacándole además, los gastos que supondrá, resultando a la postre, que la visita papal va a desencadenar unos ingresos millonarios, entre reservas hoteleras, restauración y derechos en emisiones televisivas.
    Cualquier excusa es buena para lanzarse contra el enemigo. Vamos a ser claros: la denuncia y el escándalo público abonado por los casos de pederastia, mediatizado por la prensa y otros medios informativos elevándolos a categoría de campaña de desprestigio contra la Iglesia Católica, no ha pretendido ser tanto una preocupación por las víctimas mismas. La prueba es que se ha pasado por alto, en los mismos medios de comunicación que han desplegado dicha campaña, la pederastia en colectivos tales como los entrenadores deportivos, y cuyo porcentaje de abusadores supera con mucho a los eclesiásticos. Al mismo tiempo, esta práctica reprobable se desliza entre la literatura y el arte de autores homosexuales sin que nadie se escandalice por ello. En el libro «Conversaciones con un pederasta» , Any Hammel-Zabin recoge la entrevista a un homosexual que abusó de más de mil niños, resultando un testimonio tan estremecedor como revulsivo. ¿Todo consiste sólo en una denuncia? ¿Qué se hace para erradicar la prostitución infantil o el turismo sexual que hace de la infancia un objetivo lucrativo y cuyos clientes son los mismos que se rasgan las vestiduras ante las violaciones de los derechos de la infancia y los desmanes ajenos, sobre todo los que provienen de miembros de la Iglesia? Esa Iglesia que hoy da de comer en la España de Zapatero a 400.000 personas a través de su institución Caritas.

    Eva N Ferraz
    Barcelona España
    DNI
    46119635
    Bori y Fontestá 23
    T 932004753

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