Con motivo del Día Internacional de la Tolerancia

Estamos en un período en el que el mundo que conocemos cambia de manera lenta pero irreversible, y en el que empiezan a vislumbrarse los perfiles de un mundo nuevo. Se están poniendo en entredicho las instituciones tradicionales. Se recortan los presupuestos. Las familias enfrentan situaciones más difíciles. Todo este proceso de cambio y transformación genera enorme ansiedad.

En épocas de cambio, debemos seguir siendo fieles a los ideales y principios que constituyen la esencia misma de la Carta de las Naciones Unidas y de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Entre esos valores básicos está la tolerancia. Para nosotros, la práctica de la tolerancia debe trascender la mera coexistencia pacífica, por más fundamental que esta sea. Ha de consistir en un entendimiento activo, fomentado por el diálogo y una colaboración positiva con los demás.

Lo anterior reviste fundamental importancia a la hora de luchar contra la discriminación, que causa tantas divisiones, destrucción y muerte. Todos tenemos la responsabilidad de proteger a aquellos que son vulnerables a la discriminación, ya sea por motivos de raza, religión, nacionalidad, lengua, género, orientación sexual u otros factores. La práctica de la tolerancia puede servir de antídoto al prejuicio y al odio.

La UNESCO desempeña un papel especial en el fomento de la tolerancia activa, al impulsar una educación de calidad para todas las niñas y niños; promover medios de comunicación libres y plurales, incluso en la Internet; y proteger el patrimonio cultural y fomentar el respeto de la diversidad cultural.

Al afrontar los desafíos complejos y de alcance mundial que plantea el mundo de hoy, las Naciones Unidas seguirán trabajando en pro de la comprensión mutua entre los pueblos y los países, lo que constituye una necesidad perentoria en un mundo interconectado. Al conmemorar este día internacional, recordemos que la tolerancia activa comienza con cada uno de nosotros, todos los días.

Mensaje del Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon

16 de noviembre 2011

3 comentarios en “Con motivo del Día Internacional de la Tolerancia”

  1. Contra la tolerancia

    Son cada vez más las personas que ensalzan la tolerancia como bandera del diálogo y la buena convivencia. Parece que se nos ha olvidado el significado de la palabra tolerar que, según la Real Academia de la Lengua, consiste en sufrir, llevar con paciencia, permitir algo que no se tiene por lícito sin aprobarlo expresamente. Esto supone que existe una persona que posee la verdad, el correcto camino para la perfección, y que esta persona “tolere” las opiniones de los demás, aunque crea que son erróneas. Si partimos de esta situación de superioridad, nunca llegaremos a un entendimiento fructífero.
    La defensa de la tolerancia es un ejemplo más de la obsesiva primacía de lo individual sobre lo común a todos los seres humanos. Supone una posición de poder en la que una persona “permite” a la otra manifestarse, expresar sus pensamientos. En realidad, se trata de un paso intermedio entre el absolutismo de pensamiento y la verdadera libertad de expresión. El único camino para la convivencia y la sana relación consiste en construir espacios de encuentro en donde mirarse en el espejo de las diferencias del otro. Porque sin el “otro” nosotros no sabríamos quienes somos.

    El problema de primar la tolerancia en las relaciones humanas aparece en las situaciones límite. En el momento en el que existe un problema, todas estas cosas que se permiten pero que no se consideran lícitas, salen a la superficie en forma de confrontación. De ahí que asistamos a la guerra de las religiones, al conmigo o contra mí. Esta inestable situación de tolerancia no es más que una guerra fría con modales ingleses. No pasa nada porque el niño se deje el pelo largo, hay que entenderlo, es joven. Pero cuando el padre se queda sin trabajo y llega a casa de mal humor, el pelo de su hijo parece una buena excusa para descargar todas las iras.

    Tolero que mi vecino del sexto lleve turbante, aunque he de reconocer que no me gusta. Ataquemos la raíz del problema. Acerquémonos a nuestro vecino para preguntarle qué significado tiene ese turbante para él. Quizá así descubramos que sólo es una forma de sujetarse el pelo, igual que muchas mujeres utilizan un moño.

    Si aceptamos que no estamos en la posesión de la verdad y erradicamos los prejuicios que existen sobre el “otro”, podemos empezar a comprender su manera de ver el mundo. Quizá no sea mejor que la nuestra, pero no podemos partir de que no lo es. Seguro que encontramos muchas cosas valiosas para incorporar a nuestra vida.

    La fuente de muchos divorcios nace de una situación en la que ambos toleran durante años actitudes que luego acaban por no soportar. La única manera de construir una convivencia es a través del diálogo y de pequeñas concesiones que faciliten la armonía. “Yo soy como soy y no pienso cambiar”, pero tampoco te voy a exigir a ti que cambies porque soy tolerante. ¿Existe alguna forma mayor de desencuentro?

    Esto no significa caer en el todo vale, ni el relativismo moral. Se nos ha impuesto la tolerancia hasta niveles absurdos. ¿Se puede tolerar la pena de muerte? ¿Podemos tolerar que muchos de los países que forman parte de la ONU hagan caso omiso a los derechos fundamentales del hombre?

    Seamos intolerantes con la tolerancia. Todos los meses asistimos a reuniones de organismos internacionales en las que los grandes mandatarios escuchan con educación las opiniones del resto, toleran con respeto lo que tienen que decir, para después exigir que hagan lo mismo con las suyas. Quizá si no se le “tolerase” tantas veces a Estados Unidos que deje tratados sin firmar (el Tratado Antiminas, los Acuerdos de Kioto, los Derechos del Niño, el Tribunal Penal Internacional), el mundo iría mejor. ¿Es que se puede tolerar que niños de menos de 8 años trabajen 14 horas diarias? ¿Es permisible que miles de personas se mueran porque no pueden pagar medicamentos? ¿Se puede tolerar que un gobierno suprima la ayuda a personas dependientes, ataque la educación, la investigación y privatice la sanidad?

    El mundo iría mucho mejor si, en lugar de tolerar las opiniones de los otros, buscásemos espacios de encuentro entre todas las posiciones para encontrar un camino común.

    Fran Araújo

    Director de cine

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  2. 16 de Noviembre: Dia Internacional de la Tolerancia

    Alentar la tolerancia, el respeto, el diálogo y la cooperación entre diferentes culturas, civilizaciones y pueblos.

    ¿Qué es la tolerancia?
    ¿Por qué un día por la Tolerancia?
    ¿Cómo combatir la intolerancia?

    “La tolerancia consiste en el respeto, la aceptación y el aprecio de la rica diversidad, de las culturas de nuestro mundo, de nuestras formas de expresión y medios de ser humanos. La fomentan el conocimiento, la actitud de apertura, la comunicación y la libertad de pensamiento de conciencia y de religión. La tolerancia consiste en la armonía en la diferencia. No sólo es un deber moral, sino además una exigencia política y jurídica. La tolerancia, la virtud que hace posible la paz, contribuye a sustituir la cultura de guerra por la cultura de paz.*”

    En el año 1996 la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los Estados Miembros a que el 16 de noviembre de cada año observaran el Día Internacional para la Tolerancia con actividades dirigidas tanto a los centros de enseñanza como al público en general.
    Dedicar un día a esta temática a nivel internacional puede ser una ocasión para profundizar en la educación para la tolerancia así como en el desarrollo de actividades de reflexión y debates sociales y políticos de mayor alcance sobre los problemas de intolerancia locales y mundiales. Puede ser también la oportunidad de hacer un balance de los logros del año y de proponer nuevas políticas para avanzar sobre los objetivos pendientes.
    Desde la escuela debemos comprometernos con una tolerancia activa, alentando el respeto y el diálogo entre todos los miembros de la comunidad educativa para que puedan aceptarse, respetarse y vivir en paz los unos con los otros.

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