Ante las cifras esperanzadoras que dan algunos países sobre la recuperación de la crisis y los 600.000 millones que acaba de inyectar Barack Obama en el sistema financiero norteamericano para recuperar puestos de trabajo, pensaba que los despidos cesarían, al menos, por el momento. Pero cuando las empresas se hartaron de despedir gente, comenzamos a despedir letras del alfabeto. Ahora, solo tenemos 27 de las 29 que aprendimos en la escuela.
La peor propuesta de política pública es aquella que se promete, sabiendo de antemano, que no se puede cumplir. Y se la hace con un fin a veces inconscientemente noble; es el deseo de hacer las cosas de una manera digamos justa, pero sin mucho criterio del cómo hacerlo. Y la otra es la mala fe, la ideología que se ha vuelto loca -el mero populismo- se promete por ganancia inmediata no interesando los resultados a largo plazo.
Sternberg, un psicólogo que se ha dedicado a la investigación sobre que es el amor, encontró que el amor puede ser entendido; como un triángulo dentro del cual cada; vértice representa; de estos; tres componentes: intimidad, pasión, y compromiso.
Estos tres elementos son los componentes esenciales del amor.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, hasta 1989, el mundo fue «bipolar», porque existían dos grande superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, que se enfrentaban por la dominación del mundo.
Este mundo se transformó en «unipolar» en 1989, con el desplome de la Unión Soviética y con el dominio absoluto de la única superpotencia, Estados Unidos.
El ser humano no está hecho para leer libros electrónicos. En rigor, tampoco está hecho para leer libros de papel. Ningún hombre de las cavernas los leía; ni siquiera los leyeron los grandes filósofos Platón y Aristóteles. En tiempos de esos dos, los libros venían en unos rollos de papiro de seis a nueve metros de largo, que se enrollaban y desenrollaban (no se los podía doblar). Era molesto, pero menos molesto que leer los escritos sobre ladrillos de la antigua Babilonia.
En estos últimos domingos, la liturgia nos invita a meditar en el destino más allá de la muerte. En la Primera lectura de hoy el profeta Malaquías nos habla con fuertes acentos de los últimos tiempos: Mirad que llega el día, ardiente como un horno… Y Jesús nos recuerda en el Evangelio de la Misa que hemos de estar alerta ante su llegada al fin del mundo: Cuidado que nadie os engañe…