PADRE NUESTRO ECOLÓGICO

Padre Nuestro que estás en el bosque,

en el mar, en el desierto y en la ciudad.

Santificada sea tu Creación,

pletórica de desarrollo, fuerza y vida.

Venga a nosotros tu sabiduría,

para proteger y desarrollar la belleza que nos has dado,

que está en la flor y en el arco iris, en el agua,

y en la fértil madre tierra, en el cálido aliento del sol

y en la fresca oscuridad del descanso.

Hágase Señor tu voluntad,

para que seamos personas humanas

a tu imagen y semejanza, los que asumamos el reto

de mantener el proceso vital de tu creación.

Danos hoy el verdor de cada día,

en el prado y en el monte,

en el jardín y en la tierra que agoniza.

Perdona nuestra irresponsabilidad,

al no cuidar lo que nos has dado.

Como nosotros por tu amor

perdonamos a los contaminadores,

y les instamos con vehemencia

a que abandonen su trabajo de destrucción.

Y no nos dejes caer en la desertificación,

que a la muerte conduce,

que niega tu obra y aniquila la vida.

Y líbranos del conformismo,

para que se transformen nuestras vidas

en fuerza dinámica, que reproduce la vida.

Amén.

* Una oración enviada por un franciscano desde España, para los que, de alguna forma, debemos enseñar a cuidar esta tierra que Dios nos regaló.

8 comentarios en “PADRE NUESTRO ECOLÓGICO”

  1. Escucha a la naturaleza

    Junto a grandes facilidades, las nuevas tecnologías pueden ocasionar enfermedades, porque nos hemos convertido en adictos a las pantallas y a la realidad virtual. Un estudio de la universidad norteamericana Darmouth College asegura que ciertos videojuegos violentos, protagonizados por personajes antisociales, pueden incitar a los adolescentes a caer en la delincuencia, el tabaquismo o en el consumo de alcohol. Se trata de juegos planteados para adultos que reflejan una realidad fantasiosa, lleno de falsos éxitos y objetivos.

    Su uso exagerado provoca que algunos vivan desconectados del mundo real. Según la firma de seguridad informática ESET, una de cada diez personas admite haber jugado durante 12 ó 24 horas seguidas y un 14% confiesa estar obsesionados con los videojuegos.

    El músico Eric Clapton, hablando de sus adicciones a la droga, que son de otro tipo pero igual de enajenantes, explica: “Sencillamente me convencí de que, por algún misterioso motivo, yo era invulnerable y no me engancharía. Pero la adicción no negocia y poco a poco se fue extendiendo dentro de mí como la niebla”.

    En el camino hacia el bienestar, existen gestos diarios que nos ayudan a relacionarnos con el mundo que nos rodea. Por ejemplo, evitar vivir ensordecidos por los auriculares en los oídos, o decidirnos a caminar descalzos por la hierba o la arena.

    ¿Por qué nos mantenemos pegados a las pantallas, cuando podríamos vivir más y mejor la realidad y compartir razonablemente ambos mundos?

    En este sentido, sugiero practicar la meditación y el grounding, pues son herramientas que nos hacen sentir conscientes de que pertenecemos a lo que nos rodea. Como decía Aristóteles, “la naturaleza es un espectáculo que se desarrolla frente al hombre”.

    Esta conexión con la tierra aumenta el equilibrio y la estabilidad física y emocional. Nos aporta fuerza, autoestima y nos ayuda a centrarnos a la hora de tomar decisiones. Nos conecta de manera sensorial para vivir el presente. Tenemos que ver la vida como un viaje continuo, viviendo el presente y aprendiendo del pasado.

    Precisamente, el grounding es fundamental en las actividades de Cala Encuentros La Montaña Azul, el evento que anualmente celebramos en plena naturaleza de Costa Rica.

    En el camino hacia el bienestar, existen gestos diarios que nos ayudan a relacionarnos con el mundo que nos rodea. Por ejemplo, evitar vivir ensordecidos por los auriculares en los oídos, o decidirnos a caminar descalzos por la hierba o la arena. Como decía Víctor Hugo, “produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla, mientras el género humano no la escucha”.

    POR ISMAEL CALA

    Me gusta

  2. Misteriosa muerte de aves en Suecia

    A veces los pájaros se intoxican al ingerir semillas contaminadas con plaguicidas
    En pocos días murieron miles de aves en los EE.UU. Ahora también se encontraron cadáveres de pájaros en el sur de Suecia. ¿A qué se debe?

    ¿Casualidad o causalidad? Esta es la pregunta que preocupa a científicos y ornitólogos, después de las muertes masivas de aves en los Estados Unidos, que este miércoles también se registraron en Europa, en el sur de Suecia. En Nochevieja, alrededor de 5000 tordos alirrojos cayeron muertos del cielo en la ciudad Beebe en Arkansas. Dos días después se encontraron 500 pájaros muertos en una autopista en el estado de Luisiana. Lo que parecía ser un fenómeno restringido a los Estados Unidos, ahora también se ha dado en la localidad sueca de Folköping, dónde han aparecido entre 50 y 100 cadáveres de grajillas, una ave de la familia de los cuervos.

    Mientras gran parte de los expertos excluye una conexión entre los casos en los dos continentes, todavía no hay certeza sobre la causa de las muertes. Las especulaciones van desde accidentes con líneas eléctricas y colisiones entre los pájaros, hasta intoxicación e impactos meteorológicos.

    Un fenómeno poco frecuente

    El ornitólogo Ingo Ludwichowski de la Unión Alemana para la Protección del Medio Ambiente (NABU), dijo a Deutsche Welle que la causa mortal seguramente no es una enfermedad contagiosa: “Es muy poco probable que tantas aves se contagien de una vez y mueran simultáneamente, esto tampoco nos pasa a nosotros en un caso de gripe.” Según el experto lo más probable es que las aves hayan sido víctimas de una tormenta de granizo o una tormenta eléctrica. En general las muertes masivas da aves no son un fenómeno frecuente, a veces los pájaros también se intoxican al ingerir semillas que han sido tratadas con plaguicidas, pero en ese caso las aves caen muertas cerca del campo.

    ¿Enfermedad o intoxicación?

    Los veterinarios en Suecia están verificando la causa de la muerte de las grajillas en Folköping, y “si realmente se trata de una enfermedad o intoxicación, no sólo habrían muerto grajillas, sino también especies de aves más pequeñas”, comenta Ingo Ludwichowski.

    Tanto en los Estados Unidos como en Suecia murieron pájaros, pero se trata de especies diferentes, y las enfermedades contagiosas raras veces pasan de una especie a otra. En Alemania sólo se dio un caso de muerte masiva de pájaros contraída por una enfermedad contagiosa en el 2009, cuando un agente patógeno mató a miles de pinzones verdes.

    “No creo que las aves en EE.UU. hayan muerto en una colisión”, dice el experto ornitólogo sobre las especulaciones de que los fuegos artificiales de Año Nuevo hayan alterado a los tordos, “son aves migratorias que viajan en un orden perfecto, no me puedo imaginar que de repente hayan perdido la orientación y ocasionado un caos”. Por lo tanto Ludwichowski no cuenta con que más aves caerán del cielo en un futuro cercano, ni en Suecia, ni en Alemania.

    Autora: Violeta Campos

    Editor: Pablo Kummetz

    Me gusta

  3. LA DEFORESTACIÓN ACABA CON «SUPERMERCADOS» INDÍGENAS

    La deforestación en amplias regiones sudamericanas para ampliar los monocultivos, como la soja, ha minado los bosques, los tradicionales «supermercados» indígenas, y conduce al riesgo de una «monocultura», coincidieron expertos.

    La proliferación de la soja en países como Argentina y Paraguay, donde la superficie dedicada a su monocultivo se ha multiplicado en las últimas décadas, se ha hecho de forma «precipitada» sin un detenido análisis estratégico, afirma el ingeniero forestal español Santiago González.

    González, miembro de la expedición científico-cultural Paraná Ra’anga, financiada por la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo (AECID), advierte de que la sustitución de cultivos tradicionales por monocultivos genera un ecosistema «muy vulnerable» con consecuencias a medio y largo plazo que pueden ser difíciles de evaluar o incluso irreversibles.

    El especialista español alerta también contra la utilización política de los conflictos ambientales y defiende modelos que eleven sus inversiones en investigación y desarrollo para la protección del medio ambiente y por sociedades que demanden información clara de sus gobiernos, porque «cuanto más conocimiento, más seguridad».

    En el mismo sentido se pronuncia el antropólogo paraguayo Guillermo Sequera, para quien la extensión de monocultivos en países como Paraguay golpea a las comunidades indígenas e induce a una «monocultura» de la sociedad de consumo que acelerará la desaparición de las culturas indias y las tradiciones campesinas.

    Sólo entre 1945 y 1985, denuncia, en Paraguay fueron taladas más de 5 millones de hectáreas de bosques por el avance de monocultivos como el algodón o la soja.

    De acuerdo con estimaciones oficiales, en los últimos siete años la superficie dedicada a la producción de soja en Paraguay se ha duplicado, al pasar de 1,3 millones de hectáreas en 2001 y más de 2,5 millones en 2008.

    «Para las poblaciones indígenas, los bosques son como los supermercados actuales para las sociedades urbanas, de ellos extraen todo lo necesario para la vida, tanto para la alimentación, como para la construcción de sus viviendas y la elaboración de sus medicinas», sostiene Sequera, que lleva años trabajando con las comunidades indígenas de Paraguay.

    A su juicio, la riqueza que a corto plazo se obtiene de los monocultivos no sólo no se reparte entre la población sino que contribuye a generar mayores desigualdades y también mayores bolsas de pobreza.

    Según cálculos de organizaciones internacionales, América Latina acumula el 48 por ciento de los recursos naturales, el 70 por ciento de las tierras cultivables, el 40 por ciento de las especies vegetales y el 30 por ciento del agua del mundo.

    A pesar de su extraordinaria riqueza, el avance de la degradación es tan rápido que entre el 30 y el 40 por ciento de las especiales vegetales y animales de la región desaparecerán en las próximas tres décadas si no se toman medidas, denuncia Sequera en una entrevista con Efe.

    «Frankenstein está en nuestra casa», resume el antropólogo, que reclama un gran pacto Estado-Nación, entre gobiernos y poblaciones, para limitar los perjuicios de esta tendencia, frenar la pobreza y recuperar territorios devastados.

    De lo contrario, se pregunta, «¿Quién va a pagar la destrucción? ¿Quién se va a poder ocupar de la recuperación?».

    Me gusta

Deja un comentario