UN LUGAR PRIVILEGIADO PARA PASAR LA HISTORIA.
La plaza de San Pedro ha sido el escenario de los momentos más importantes de la historia.
Concilios, cónclaves y fumatas blancas han escrito los últimos siglos de la historia de la Iglesia sobre el mismo escenario: la plaza de San Pedro.
Desde que Bernini terminó en 1667 el encargo del papa Alejandro VII de construir un lugar que uniera a católicos y no católicos, la plaza de San Pedro se ha convertido por excelencia en un punto de referencia para los cinco continentes.