Los 10 países más pobres del mundo en el 2011

En algunas regiones, siete de cada diez personas viven con menos de dos dólares al día.

Al finalizar el año 2011 más de la mitad de la población de las 10 naciones más pobres del mundo, no dispone de recursos suficientes para tener un nivel de vida digno, y en algunas regiones, siete de cada diez habitantes viven con menos de dos dólares al día.

Una forma objetiva que permite medir, cuando menos para comparar, la calidad de vida y desarrollo de los países es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), indicador que utiliza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que es calculado tomando en cuenta tres aspectos principales: longevidad, conocimientos y acceso a recursos.

1.- Zambia

La población que vive en la pobreza es del 86%. Es el país más pobre del mundo. Su economía depende del cobre, del cual es uno de los principales productores mundiales. En cuanto a su industria, destaca la rama de tratamiento de minerales, la producción de cemento e industrias derivadas de la agricultura.

2.- Franja de Gaza

La población que vive en la pobreza es del 81%. En consecuencia al bloqueo que sufre la Franja, el incremento de desempleo y pobreza es evidente, por ello depende económicamente de la ayuda humanitaria. La población vive de la agricultura, la manufactura y la construcción.

3.- Zimbabwe

La población que vive en la pobreza es del 80%. Sus principales problemas radican en la falta de divisas, la hiperinflación y la escasez de provisiones y artículos. En marzo de 2008, la inflación alcanzó el 100%, entonces la población optó por comprar los productos más básicos en los países vecinos.

4.- Chad

La población que vive en la pobreza es del 80%. A pesar de sus abundantes yacimientos petroleros, este país entra en la lista de los más pobres del mundo. Los beneficios del petróleo son utilizados para la compra de armas. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para Refugiados, advirtió que podría presentarse un genocidio como el ocurrido en Darfur.

5.- Moldavia

La población que vive en la pobreza es del 80%. El país surgió de las antiguas repúblicas que formaron la Unión Soviética. Tras su independencia, sufrió de un retroceso en su economía. La agricultura es el principal motor económico. Es considerado el país más pobre, en cuanto a recursos del subsuelo explotados.

6.- Haití

La población que vive en la pobreza es del 80%. Posee la renta per cápita más baja del planeta, por ello se considera el país más pobre de América. La isla recibe anualmente una cooperación humanitaria de los países desarrollados. Dependen principalmente de la agricultura.

7.- Liberia

La población que vive en la pobreza es del 80%. La guerra civil destruyó en gran medida la infraestructura económica del país. Hasta antes de 1990, la economía se basaba en la exportación de hierro y de caucho. A principios del siglo XXI, la tasa de desempleo era del 85% de la población.

8.- Guatemala

La población que vive en la pobreza es del 75%. De acuerdo a estimaciones de las Naciones Unidas para el Desarrollo, alrededor de 850 mil guatemaltecos podrían caer en la pobreza, próximamente, y más de 700 mil, alcanzarían la pobreza extrema.

9.- Surinam

La población que vive en la pobreza es del 70%. La economía de este país está basada en la producción de aluminio, que representa el 15% del PIB. Sus problemas económicos radican en la dependencia del comercio exterior del aluminio y el petróleo, los cuales han sufrido cambios de precios en el mercado internacional.

10.- Angola

La población que vive en la pobreza es del 70%. Su desorden económico se debe en gran medida a la guerra continua del país, a pesar de la abundancia de sus recursos naturales. Se estima que 7 de cada 10 habitantes sobrevive con menos de dos dólares diarios.

 

55 comentarios en “Los 10 países más pobres del mundo en el 2011”

  1. ¿Cuánto vale la vida?

    La respuesta “la vida no tiene precio” no solo es ingenua, es claramente falsa. Como personas y como sociedades, consciente o inconscientemente, ponemos precio a la vida en cotidianas decisiones. Al construir una nueva ruta, ¿cuánto adicional invertimos para colocar instalaciones que previenen accidentes fatales? Cuando un soldado o policía fallece en el ejercicio de sus funciones, ¿qué indemnización pagamos a la familia? Cuando una persona es secuestrada, generalmente los secuestradores piden una suma, y los familiares ofrecen otra menor. En ese instante, se pusieron valores, máximo y mínimo, a la vida del secuestrado. El importe finalmente acordado, entre ambos, es el precio de esa vida.
    A veces el precio no es monetario, sino un costo político. ¿Por qué siguen circulando ómnibus chatarras? ¿Por qué municipios aledaños a la capital permiten que taxis ofrezcan un servicio público sin inspección técnica vehicular? En estos casos, la autoridad competente no está dispuesta a asumir tan siquiera cierto costo político para reducir el riesgo de accidentes fatales a los pasajeros.

    El valor de la vida se cuantifica de manera real y matemática, en la determinación de políticas públicas, sean obras de infraestructura o campañas de prevención de enfermedades. Este valor, llamado Valor Monetario de la Vida Estadística (VMVE), es determinado mediante encuestas consultando cuánto consideran que se debe pagar para reducir el riesgo de una fatalidad. Varía de acuerdo con la cultura y los ingresos de cada país, pero la OCDE recomienda a sus miembros, en su mayoría países de primer mundo, que utilicen un VMVE entre 1,5 y 4,5 millones de dólares. Este monto determina entonces cuánto el Estado está dispuesto a gastar para evitar una muerte, sea en una valla de seguridad o en una campaña de vacunación.

    En el caso de los seguros de salud públicos, como el de nuestro Instituto de Previsión Social, la cuestión es distinta. Cuentan con una cantidad de recursos limitada para atender una demanda potencialmente ilimitada, dados los altísimos costos de ciertos tratamientos de la medicina moderna. Entonces deben establecer reglas que permitan determinar qué intervenciones autorizar en cada caso.

    Para este fin se utiliza el Año de Vida Ajustado por Calidad (AVAC), donde un año de perfecta salud vale 1, y la muerte vale 0, entonces cuatro años de vida con salud mediocre, y una calidad de vida también mediocre, podría tener un AVAC de 2. En Gran Bretaña, teniendo en cuenta los recursos disponibles, el servicio de salud pública valora un AVAC en unos 30.000 dólares. Así, en el caso mencionado, si el tratamiento para lograr, en promedio, esos cuatro años adicionales tiene un costo mayor a 60.000 dólares, es poco probable que sea autorizado. De la misma manera determinan también cuáles medicamentos son autorizados y cuáles no. Por ejemplo, una droga muy cara, pero estadísticamente eficaz para casos de hepatitis, sofosbuvir, ha sido autorizada, mientras que otra droga, para ciertos casos de cáncer, bevacizumab, que tiene un costo de aproximadamente 120.000 dólares por AVAC, no está autorizada en el servicio de salud pública británico.

    La peor opción para un servicio de salud pública es no tener reglas para hacer estas determinaciones. Entonces las decisiones se toman basadas en “la cara del cliente”, sus amistades o sus conexiones políticas, y se agotan los fondos en tratamientos onerosísimos, con la consecuencia de crónicos faltantes de los remedios más básicos y eficaces para la mayoría de los aportantes.

    Normas claras, compartidas con los ciudadanos, y transparentes en su aplicación, son esenciales para asegurar los mejores resultados en la salud de los asegurados y blindar a las autoridades ante acusaciones de favoritismo y corrupción.

    Antonio Espinosa

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  2. Decir la Verdad no es ser negativo, es el primer paso para salir adelante y avanzar.

    El Perú actualmente está muy distante de llegar a ser del primer mundo o de ser un «país rico», eso es uno utopía.
    Se ha estado timando al ciudadano peruano con cifras macroeconómicas mal calculadas,por ello lo incomprensible entre las cifras y la realidad que se ve fácilmente cuando usted transita por las calles de Lima y provincias.

    Miren cómo engañó y dejó al país el corrupto expresidente Alan García Pérez, acaso ¿Debemos mantener la venda en nuestros ojos y seguir mintiéndonos a nosotros mismos?

    Seamos justos y nos nos engañemos más y si desea hablar de verdaderas cifras dime dónde y cuándo, para que veas la realidad del Perú.
    Lamentablemente muchos peruanos creen que el Perú es el centro de Lima y algunos edificios que se han construído y por ello ya se cree que estamos cerca a ser un país del primer mundo, pero no es así, se debe aprender a realizar un análisis general amplio.

    ¿Saben acaso que el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, determinó que el Perú es el segundo país más pobre de Sudamérica? Ganándole únicamente a Bolivia e incluso estadísticamente con las desviaciones standards se le considera al mismo nivel.

    ¿Saben acaso que tenemos el precio más alto de gasolina de latinomérica y uno de los más alto del mundo?

    ¿Han investigado acaso que el Perú tiene los más altos índices de tuberculosis del mundo?

    ¿Quizás has revisado que hay escasez de carreteras y medios de comunicación, para poder crear polos de desarrollo?

    ¿Alguna vez han averiguado sobre la escasez de agua que existe en todo el Perú, a tal punto que en la misma capital, Lima, se corta el suministro de agua por varios días a varios distritos a la vez?

    ¿Tal vez han recapacitado sobre la corrupción que dejó Alan García, incluyendo a todos sus «Compañeros funcionarios»?

    ¿Seguramente se olvidan de la corrupción del Poder Judicial, que no garantiza leyes para la inversión
    extranjera?

    ETC…ETC…ETC…

    ¿Entonces debemos olvidarnos de esto y seguir mintiéndonos y diciendo que el Perú está bien?

    No, ya basta de mentir y digamos La Verdad.

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  3. Usted conoce el cono abizcochado del helado: se coloca la bola encima y cuando se derrite se derrama un poco del helado por la parte inferior. Al comer el final del cono la punta inferior suele estar seca, sin helado.

    Pues algo parecido es la distribución de la riqueza en el mundo, según la ONU: un 20% de la población mundial, el equivalente a 1.320 millones de personas, concentran en sus manos el 82% de la riqueza mundial. Se hartan con la bola del helado. Y en la punta estrecha inferior del cono los más pobres -mil millones de personas- sobreviven con apenas el 1.4 % de la riqueza mundial.

    El indicador de la riqueza de una economía se mide por el PIB (Producto Interno Bruto). Cuanto mayor sea el PIB, mayor es el crecimiento de un país. Tanto que el gobierno de Lula lanzó el PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento), aunque debiera haberse lanzado el PADS (Programa de Aceleración del Desarrollo Sustentable).

    Un país crece cuando su economía total se engrosa con más cifras. Lo que no significa que cumplió su cometido, o sea que imprimió más calidad de vida y de felicidad a su población. El crecimiento tiene que ver con la producción agropecuaria, industrial y la expansión de la red de servicios. Desarrollo implica escolaridad, salud, saneamiento, vivienda, cultura y preservación del medio ambiente.

    El economista Ladislao Dowbor, de la PUC-SP, tiene un buen ejemplo para demostrar la diferencia: la Pastoral de la Niñez favorece, con su red de 450 mil voluntarios, a miles de niños hasta los seis años. Por lo que contribuye a la reducción del 50 % de los índices de mortalidad infantil y al 80 % de las hospitalizaciones. Cuantos menos niños enferman, menos medicinas se compran, menos servicios hospitalarios se utilizan y las familias viven más felices.

    ¿Estupendo, no? No para el gobierno ni para los economistas fanáticos del PIB. Afirma Dowbor que “el resultado, desde el punto de vista de las cuentas económicas, es completamente diferente: al bajar el consumo de medicamentos, el de ambulancias, el uso de hospitales y de horas trabajadas por los médicos, también se reduce el PIB”. Al obtener salud con un gasto de apenas US$ 0.80 por niño/mes, la Pastoral de la Niñez hace caer el PIB, aunque sube la felicidad de la nación.

    Alegrarnos por el crecimiento del PIB no significa que el país vaya en la dirección correcta. Vea por ejemplo la China, cuyo PIB es el que más crece en el mundo. Ni por eso nos causa envidia la calidad de vida de su población. Si el despalamiento de la Amazonía -pelada ahora en un 17% de su área total- aumenta, más se introducirán allí el agronegocio y rebaños inmensos, lo que haría crecer el PIB, así como reducir el equilibrio ambiental y nuestra calidad de vida.

    El problema número 1 del mundo no es económico, es ético. Perdimos la visión del bien común, de pueblo, de nación, de civilización. El capitalismo nos ha infundido la noción perversa de que la acumulación de riqueza es un derecho y que el consumo de lo superfluo una necesidad.

    Compare estos datos: según la ONU, para facilitar la educación básica a todos los niños del mundo sería preciso invertir, hoy, US$ 6 mil millones. Y sólo en los EE.UU. gastan cada año en cosméticos US$ 8 mil millones. El agua y el alcantarillado básico de toda la población mundial quedarían garantizados con una inversión de US$ 9 mil millones.

    El consumo de helados por año en Europa representa el desembolso de US$ 11 mil millones. Habría salud elemental y buena nutrición de los niños de los países en desarrollo si se invirtieran US$ 13 millones. Pero en EE.UU. y Europa se gastan cada año en alimentos para perros y gatos US$ 17 mil millones; US$ 50 mil millones en tabaco en Europa; US$ 105 mil millones en bebidas alcohólicas en Europa; US$ 400 mil millones en estupefacientes en todo el mundo; y US$ 780 mil millones en armas y equipamientos bélicos en el mundo.

    El mundo y la crisis que le afecta sí tienen solución. Siempre que los países fueran gobernados por políticos centrados en otros paradigmas que huyan del casino global de la acumulación privada y de la incontenible espiral del lucro. Paradigmas altruistas, centrados en la distribución de la riqueza, en la preservación ambiental y en el compartimiento de los bienes de la Tierra y de los frutos del trabajo humano.

    Ponga mucha atención a los candidatos que este año merecerán su voto para alcaldes y concejales. Investigue su pasado para saber con quién se va a comprometer de hecho.

    Ah, ¿que a usted no le gusta la política? No sea ingenuo: quien se aparta de la política será gobernado por aquellos a quienes sí les gusta. Precisamente lo que los políticos corruptos desean es que la omisión de usted asegure la perpetuación de ellos en el poder.

    Frei Betto

    Escritor y asesor de movimentos sociais

    Adital

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    PUBLICADO POR JOTAEFEB | 12 SEPTIEMBRE, 2012, 08:47
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    mierda si k hay artos `ñaaáaá´´aa´ thu wites and you word fuking fron

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    PUBLICADO POR ANÓNIMO | 10 AGOSTO, 2012, 17:26
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    creo que debemos ser consientes con los gastos innecesarios que realizamos a diario y mejor ayudemos al necesitado y disminuyamos la pobreza

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    PUBLICADO POR ANÓNIMO | 8 AGOSTO, 2012, 16:43
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    Las manipulaciones del Banco Mundial. ¿Ha descendido la pobreza en el mundo?

    Vicenç Navarro
    Rebelión. Público
    Adital
    Hace unas semanas el Banco Mundial publicó una breve nota de prensa de seis páginas, que causó gran impacto. La noticia no era para menos. El Banco Mundial señalaba que, a pesar de la recesión mundial, la pobreza extrema había bajado en el mundo.

    El título de la nota de prensa lo decía todo “Nuevas Estimaciones Revelan una Disminución de la Pobreza Extrema durante el periodo 2005-2010” (“New Estimates Reveal Drops in Extreme Poverty 2005-2010. World Bank).

    Ni que decir tiene que los mayores medios de información del mundo occidental, de sensibilidad liberal, ansiosos de buenas noticias, echaron campanas al vuelo.

    Los mayores diarios y semanarios del mundo publicaron noticias y artículos en lugar prominente, con titulares muy llamativos, anunciando la noticia.

    El del The New York Times era representativo: “La pobreza mundial desciende a pesar de la recesión económica mundial”. Titulares parecidos aparecieron en los mayores medios. Un tanto semejante ocurrió en la prensa liberal económica, desde el Financial Times al The Economist. Éste último, con la exageración que le caracteriza, señalaba que “por primera vez, el número de pobres desciende en todo el mundo”. Ni que decir tiene que, predeciblemente, los grandes rotativos de España reproducían las noticias con igual alborozo.

    El problema con toda esta movilización mediática es que los datos, incluyendo los propios datos del informe del Banco Mundial, no reflejan esta realidad.

    Veámoslos. Lo primero que aparece es que los que el informe presenta van del año 1981 al 2008. El estudio del Banco Mundial es la evolución de la pobreza extrema durante este periodo. El último año analizado es, repito, 2008, el primero de la recesión.

    Es decir, la recesión apenas había comenzado. No puede, por lo tanto, derivarse que “a pesar de la recesión, la pobreza ha bajado” tal como la gran mayoría de los medios indicaron. En realidad, la crisis y la recesión se iniciaron aquel año, y a nivel mundial todavía continúa en muchas partes del mundo. Para llegar a la conclusión a la que llegaron los medios, el estudio tendría que haber analizado la evolución de la pobreza durante el periodo 2008-2012, y ver si la pobreza bajó durante esos años. El Banco Mundial no hizo tal estudio.

    Sus datos reales terminaron en 2008, cuando la recesión comenzó. Lo que sí hizo el Banco Mundial, es una estimación de la bajada de la pobreza durante el periodo 2008-2010, estimación basada, no en datos reales sino en datos calculados según varios supuestos, algunos altamente cuestionables. Las estimaciones del Banco Mundial son conocidas por su “creatividad”, conducentes a estimaciones y proyecciones de escasa credibilidad en la comunidad científica. Los únicos datos reales, y no supuestos, del estudio del Banco Mundial terminan en 2008, cuando la recesión apenas comenzaba.

    Pero el informe del Banco Mundial comete otro error que, como el anterior, le permite llegar a una conclusión equivocada. Analiza cuánta gente vive en el mundo con menos de 1.25 dólares al día y cuantifica como esta cifra ha ido evolucionando durante el periodo 1981-2008.

    Y dado que el total, según sus cálculos, es que en 2008 había 662 millones menos que estaban en esta condición que en 1981, concluye que la pobreza ha disminuido a nivel mundial. Puesto que este periodo ha sido el periodo liberal, es decir, el periodo que la mayoría de países del mundo, presionados por el Fondo monetario Internacional y por el Banco Mundial, han llevado a cabo políticas neoliberales, este descenso se presenta como la prueba del gran éxito de tales políticas. Han aparecido ya varios artículos de conocidos economistas liberales (en realidad, neoliberales) cantando las alabanzas del neoliberalismo.

    Pero tal euforia ignora algunos hechos elementales. Uno de ellos es que la mayoría de este descenso del porcentaje de la población que vive con menos de 1,25 dólares al día se concentra en China (y en segundo lugar en la India), y China no ha seguido las políticas neoliberales en su desarrollo.

    En contra de la sabiduría convencional neoliberal conocida como Consenso de Washington en EEUU, y Consenso de Bruselas en la UE, el Estado de China es altamente intervencionista, con pleno control público de la banca y del crédito, entre otros ejemplos.

    Un tanto semejante ocurre en la India. Excluyendo estos dos países, el porcentaje de la población en pobreza extrema aumentó, no disminuyó, y muy en particular en los países que siguieron con mayor docilidad las recetas neoliberales.

    En otros países donde la pobreza disminuyó a principios de este siglo, tales como Venezuela, Brasil, Argentina y otros países de América Latina, este descenso se debió precisamente a la revuelta en contra de las políticas neoliberales, rompiendo con ellas, mediante políticas intervencionistas de orientación redistribuidora, con activa participación del Estado en su actividad económica.

    Tal como los informes publicados por el Center for Economic and Policy Research de Washington han mostrado, las consecuencias del neoliberalismo en el mundo en vías de desarrollo han sido negativas.

    Las tasas de crecimiento económico y producción de empleo fueron mayores en los países que ignoraron las posturas neoliberales que en los que las siguieron. Por cierto, uno de los países con mayor reducción de la pobreza extrema ha sido, precisamente, Venezuela, bajo el gobierno de Hugo Chávez, demonizado en los rotativos de mayor difusión españoles.

    Pero el mayor problema del informe del Banco Mundial es la manera cómo define pobreza extrema, utilizando el indicador del consumo de 1,25 dólares estadounidenses como el umbral de la pobreza.

    Por cierto, utilizar 1,25 dólares no quiere decir que en el mundo sean pobres los que consumen menos de 1,25 dólares por habitante. Tal cantidad, en dólares estadounidenses, podría ser una cantidad respetable para un país pobre. No es 1,25 dólares estadounidenses el umbral de la pobreza extrema en los países subdesarrollados, sino el valor de la moneda local cuya capacidad adquisitiva sea comparable a la de 1,25 dólares en Estados Unidos.

    Este indicador, tal como han mostrado Robin Broad y John Cavanagh en su libro Development Redefined. How the Market Met its Match es simplista en extremo, pues no tiene en cuenta otros consumos que no sean comercializados.

    Por ejemplo (y entiendan bien esto, con Cuba en la mente) dos países pueden estar consumiendo 1,25 dólares per cápita per día y, sin embargo, el que tenga abundantes servicios públicos, tendrá menos pobreza que otro país que no tenga tales servicios.

    Pero el Banco Mundial no valora el consumo público, sólo el privado. De ahí que tal indicador subestime deliberadamente el efecto positivo que tienen los servicios públicos en reducir la pobreza de un país.

    En resumidas cuentas, el neoliberalismo ha sido un fracaso, por mucho que el Banco Mundial y el FMI intenten rescatarlo.

    Su impacto en la pobreza ha sido devastador y la crisis está acentuando todavía más esta situación. España es un claro ejemplo de ello. La pobreza se está disparando, no reduciendo.

    Escribir lo contrario es mera propaganda neoliberal, por mucho que se intente ocultar esa realidad con estudios aparentemente científicos.

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    PUBLICADO POR ANÓNIMO | 27 MARZO, 2012, 18:43
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    Darfur, la guerra en el olvido mundial

    por Eduardo Quintana

    Diferentes regiones del planeta siguen experimentando conflictos armados con diversos orígenes. Una guerra que no termina y que sigue preocupando a los defensores de los derechos humanos la encontramos en el continente africano, el más golpeado por problemas sociales, políticos, religiosos y económicos en la actualidad. Y, aunque se estén librando algunas resistencias en contra de las últimas dictaduras o prevalezcan las guerras interreligiosas, Darfur sigue marcando un hito central en la problemática africana.

    Días pasados, la Corte Penal Internacional (CPI) reiteró su llamado a los líderes mundiales para que se efectivice la detención de los responsables sudaneses que cometieron y siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad en esta región pobre del oeste de Sudán. Según el fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo, “continúa el genocidio en Darfur y continuará mientras no se tomen realmente en serio las resoluciones de los juzgados internacionales”.

    Los países de las Naciones Unidas, a pesar de condenar los atentados a los derechos humanos en varios países, muchas veces olvidan o ignoran lo que sucede en Darfur y no accionan contra las autoridades sudanesas que violentaron los valores fundamentales de los individuos en las últimas décadas. Omar al Bashir, presidente dictador de Sudán, es el primer gobernante en el planeta que tiene orden de captura internacional desde marzo de 2009, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. La captura no se lleva a cabo por la oposición de otros gobernantes autoritarios de África y por la férrea oposición de Rusia y China, quienes tienen tratados comerciales multimillonarios con el régimen, incluyendo venta de armas.

    El conflicto de Darfur, posterior a la segunda Guerra Civil Sudanesa, se inició alrededor del 2003 cuando decenas de insurgentes se levantaron en armas en contra del gobierno, por la marginación, pobreza y represión que vivía la zona. A partir de entonces, distintas etnias están en disputa, algunas apoyadas por la dictadura sudanesa. Se calcula que alrededor de 350.000 personas murieron y casi tres millones tuvieron que ser desplazadas dentro y fuera del país a raíz de la guerra.

    Actualmente, según la Corte Penal Internacional y organizaciones de derechos humanos, continúan los ataques contra la población civil, tanto por parte de los rebeldes como del gobierno tiránico. El secuestro, la tortura, la detención sin cargo, las represiones violentas y los malos tratos siguen sin ser juzgados en esta región. Aumentó, además, el número de desplazados que van al vecino Chad y a otros países de la zona, donde tampoco son bien recibidos o atendidos. La ayuda internacional está limitada por los estrictos controles que impone el régimen de al Bashir.

    África permanece como el continente con más conflictos en su territorio. Desde tiempos de las colonias, el continente ha sufrido invasiones, ataques, guerras internas que no cesan en vista a las raíces étnico-religiosas y políticas de la problemática. Tampoco la comunidad internacional ha podido solucionar realmente el conflicto que sigue matando y desplazando a miles de personas.

    La CPI no puede juzgar al dictador al Bashir porque los países amigos no lo permiten. Los mismos líderes que “defienden” la democracia, el respeto a los principios republicanos o enaltecen a valores como la vida y la libertad, son los mismos que luego estrechan lazos con aquel déspota y cierran jugosos contratos para empresas públicas o privadas de sus respectivos países.

    La guerra de Darfur continuará y se derramará mucha sangre mientras no se detenga a los principales responsables de las sucesivas masacres registradas en esta parte del mundo. Mientras no se tome en serio el conflicto, miles de personas seguirán muriendo o desplazándose sin rumbo, gracias a la hipocresía de la comunidad internacional y de las promesas vanas de los líderes mundiales.

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    PUBLICADO POR ANÓNIMO | 12 MARZO, 2012, 08:04
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    no se de que sea esto pero namas se k namas busco los 10 paises mas pobres me da mucha lastima yo pienso mandar cosas pero o jugetes pero notengo myucho y ademas son de mis hermanitos

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    PUBLICADO POR NJSHFGYUWEIOAYGTCDSAU | 15 MARZO, 2012, 19:44
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    muyyyyyyyyyyyyyyy mal de berian de hayudar para que sirbe el gobierno

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    PUBLICADO POR ANÓNIMO | 5 MARZO, 2012, 16:13
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    Luchar contra la pobreza en Europa

    La pobreza en Europa crece y atrapa a las clases medias. Hace unos años era corriente tener tres comidas calientes al día. Comprar una casa parecía lo normal, sin sospechar que eso hipotecaría el futuro de miles de familias. Nadie se imaginó el paisaje con personas que acuden a los contenedores de las grandes superficies en busca de alimentos desechados. No se trata de mendigos, sino de personas de clase media que han perdido su trabajo, su principal fuente de ingreso. Son los mismos ciudadanos que hace pocos años ayudaban en los comedores sociales como voluntarios, y que ahora se ven en la necesidad de acudir a estos centros para comer.

    La pobreza en la Unión Europea va más allá de la desigualdad económica y trasciende los hasta ahora perfiles de personas en riesgo de exclusión social: niños y ancianos, mujeres e inmigrantes. En 2009 existían, en la Europa de los 27, alrededor de 115 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, lo que supone el 23,1% de la población, según fuentes oficiales. Dos años antes de la crisis, en 2007, cerca de 85 millones de ciudadanos europeos se encontraban por debajo del umbral de pobreza relativa.

    ¿Qué significa “ser pobre” en un contexto “sólido y estable” como la Unión Europea? En España se considera pobreza ingresar menos de 8.000 euros al año, según el Centro Superior de Investigaciones Científicas en 2010. Esta pobreza no es accidental. La sociedad se ha movido al ritmo frenético que marcaba el modelo de consumo desaforado. Se nos vendía que ser era lo mismo que tener, y se confundían las verdaderas necesidades con las artificiales.

    La crisis actual deja una tasa de paro juvenil de 48,5 %, más de 6,4 millones de menores de 25 años en España han perdido la esperanza de encontrar trabajo. La tasa más alta de los países de la Unión Europea, según fuentes de la Organización Internacional del Trabajo. Cientos de jóvenes se emanciparon durante la burbuja económica de hace unos años sin prever las posibles consecuencias. Ahora vuelven a casa de sus padres con las maletas y, en algunos casos, con hijos y sin un horizonte laboral estable.

    La marginación tiene nuevos rostros relacionados con la precariedad laboral, deficiencias en la formación, el encarecimiento y la dificultad en el acceso a una vivienda digna, la falta de participación en la vida democrática de un país. Y sobre todo un descenso en la autoestima que los hace sentirse frustrados, como si nadie tuviera necesidad de ellos. Un cúmulo de factores que crecen a la sombra del desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar. Los recortes en la cobertura pública y la destrucción de los fondos de ayuda europeos dificultan el intento de atajar las nuevas situaciones de desigualdad. Las políticas de austeridad implantadas en la Unión Europea han sido determinantes para socavar todo aquello que tanto había costado conseguir tras la Segunda Guerra Mundial. En palabras de Paul Krugman, Nobel de Economía, “el resultado de esta política de austeridad es la recesión económica que se avecina en Europa”.

    Para superar esta crisis la Unión Europea “necesita una economía inteligente e integradora que disfrute de altos niveles de empleo, de productividad y de cohesión social”. Eso es lo que se pretende con la nueva estrategia “Europa 2020”, en palabras de Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea. El nuevo plan intenta corregir el fracaso de la anterior estrategia, acordada en Lisboa. Tiene como objetivo de referencia sacar al menos a 20 millones de personas en riesgo de exclusión social. Con “Europa 2020”, la Unión Europea propone una visión de economía social de mercado para el siglo XXI, dónde se apueste por un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Europa necesita un rescate social más que financiero.

    Antonio Ruiz Morales

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    1. Vallance ala veerrgaaa hijos de pura para que putas se ponen a parir hijos si ni tiene como mantener los asii que hoy artence mierda juntos con ellos…

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    1. Si lo gobiernos tienen mucha culpa de la pobreza, pero tambien los mismos gente tiene culpa? porque yo no tendria hijos en un pais asi, trabajo y estudio para tener un mejor futuro, pero como siempre los lam se llenan de hijos que no pueden mantener.

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  4. Que todos los ricos de Estados Unidos den todo su dinero a los pobres y que se jodan la vida. El gobierno de Los Estados Unidos debería ayudar a los más pobres, y dejar de joderle la vida a otros países. O mejor q todo ese país se vaya a la miéeeerrrddddddaaaaaaaa……………….

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  5. AL: datos cruzados
    Con sus casi 600 millones de habitantes, los cuales, empero, no alcanzan ni al 10 por ciento de la población mundial, América Latina nos muestra múltiples, variadas y contradictorias facetas. Depende de cuál y desde dónde se las mire, para ser optimistas y hasta muy optimistas o para caer en un derrotismo fatal.

    CEPAL acaba de dar su informe sobre el “Panorama Social 2013” del continente, en el que se anota que el nivel de pobreza se ha mantenido, con un muy pequeño descenso (0,3%), pero que ha habido un aumento en cuanto a la “pobreza extrema”. En total los pobres suman 164 millones (27,9% de la población), entre los cuales 68 millones (11,5%) son indigentes. Estos son 2 millones más que en el año anterior.

    El dato bueno es que en los últimos 10 años el nivel de pobreza a nivel continental ha caído un 15,7% y el de indigencia un 8%. No tan buena, en cambio, es la información que da CEPAL de que en este año esa tendencia y su ritmo se han desacelerado, o casi paralizado, lo que motiva que desde la comisión se hable de una necesidad de cambios.

    Como siempre pasa, las cifras a algunos les dan para festejar y a otros para “bajar la cabeza”. También muestran ciertas inconsistencias. Argentina ostenta el nivel más bajo de pobreza (bajó del 5,7% al 4,3%), lo que no explicaría los saqueos a supermercados de los últimos días en una de sus principales provincias. Salvo que tuvieran motivaciones políticas o fueran alentados o facilitados desde “muy arriba”. Eso es, por ejemplo, lo que ha pasado y está pasando en Venezuela, en donde a instancia del Gobierno se alienta a arrasar con todo lo que haya en los anaqueles, como un no muy ortodoxo, pero tampoco novedoso, método para atacar la inflación.

    En Venezuela ha bajado el nivel de pobreza (del 29,5% al 23,9%), y eso que no está computado este nuevo sistema de adquisición de productos –de primera necesidad y suntuarios–, y de “reducción” de precios. Tampoco está claro cómo incide el tema escasez: porque de nada sirve tener ingresos si no hay qué comprar. Hay dinero en el bolsillo, pero poco o nada para comer ni para cumplir con el más mínimo trámite de aseo vinculado a necesidades vitales.

    Sería bueno, para tener un panorama más claro, cruzar algunos datos: por ejemplo saber cuánto representó para el continente, en esta larga década “de gracia”, el viento a favor –por no decir vendaval– que favoreció sus economías y que en real medida eso se reflejó en “caída” de la pobreza. Hay asimismo otros índices que sopesar, como los de corrupción y transparencia, y el de inseguridad ciudadana con números espeluznantes en cuanto a homicidios e impunidad. Habría que ver además cuánto creció la inversión en armamento y hasta las ganancias de algunas empresas, como también de expertos y asesores y gobiernos de allende los mares y océanos que se hacen “la América” con el recurso de festejar y certificar las “virtudes democráticas” de algunos regímenes de la región.

    Manejar esos otros datos contribuiría a su vez a evaluar otra información de la CEPAL: que Latinoamérica es el continente con la peor distribución de los ingresos.

    Esto ayuda a ubicarse mejor y, por supuesto, acota algunos discursos. En Brasil, por ejemplo, cuyos destinos desde hace más de una década son manejados por el progresista Partido de los Trabajadores fundado por Lula, ha crecido la concentración de la riqueza. En el gigante sudamericano el 20% más rico se lleva el 55% de los ingresos. Es un dato.

    Y es importante tener y cruzar todos los datos, porque a veces se está hablando de nuevas potencias emergentes, dinámicas, que asombran y sorprenden y se ponen como ejemplos a emular, pero que tienen también energías contenidas, en casos en volcanes algo dormidos que en cualquier momento pueden hacer erupción.
    Por Danilo Arbilla

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    1. QUE VERGUENZA! OPINAR DE UN PAÌS TAN ALEGREMENTE INSULTA LA INTELIGENCIA DE SUS HABITANTES. En Venezuela -NO- ha bajado el nivel de pobreza MENTIRA, (del 29,5% al 23,9%), eso lo dice el gobierno para tapar las regalìas de nuestro PETROLEO a todos los paìses comunistoides latinos, cubanos y a quien le de la gana y està DESTRUIDO absolutamente TODO EL APARATO PRODUCTIVO por expropiaciones, invasiones, falta de DIVISAS, OCUPACION DE EXTRANJEROS (cubanos, chinos, bielorrusos, iranìes, haitìanos, guerrilleros colombianos, guerrilleros garimpeiricos,, bolivianos y demàs paìses chupatetas del petrodolar venezolano QUE HAN DESPLAZADO AL NACIDO EN VENEZUELA en cargos laborales y de direcciòn, control, manejo de divisas y TODO LO DE VENEZUELA…En cuanto a lo que dice a continuaciòn del SISTEMA COMPUTADO le informo que SOLO ES PARA CONTROLAR QUE NO SE COMPRE MAS DE DOS O TRES ARTÌCULOS POR SEMANA COMO EN CUBA…nuestra inflaciòn subiò a 59% y la DEVALUACIÒN a 500%, el sueldo del VENEZOLANO ES DE 59 DOLARES…MIENTEN QUE AUMENTAN INGRESOS Y TODOS LOS DIAS TRIPLICAN LOS COSTOS DE LA CESTA BÀSICA QUE VALE Bs. 12.000 ahorita…COMPARE LA REALIDAD Y NO CREA TV ROJA ROJITA…NO NOS HUMILLE CON COMENTARIOS FALSOS CUANDO LA POBREZA es CRITICA Y NO HAY COMIDA…IMPORTAN PARA REPARTIRSE LA COMIDA ENTRE LOS ROJOS ROJITOS Y LA ESCONDEN PA LOS SUPERMERCADOS…NO CREA MENTIRAS! NUNCA SE PASO HAMBRE TAN ARRECHA!
      TODO ESTO ES FALSO! yQ eso que no está computado este nuevo sistema de adquisición de productos –YQ de primera necesidad y suntuarios–, yQ de “reducción” de precios. Tampoco está claro cómo incide el tema SI escasez: porque de nada sirve tener YQ ingresos si no hay qué comprar CIERTO!. YQ Hay dinero en el bolsillo, nada para comer ni para EL aseo NO HAY JABON DE TOCADOR, EN POLVO, PAPEL TOALLET, CREMA DENTAL, CHAMPU, ETC…vinculado a necesidades vitales. HAY QUE ANDAR HACIENDO COLAS POR TODAS PARTES TODOS LOS DIAS PARA VER SI SE CONSIGUE ALGO, NO HAY SUELDOS QUE ALCANCEN LA DEVALUACIÒN E INFLACION!! LOS QUE TRABAJAN NO PUEDEN BUSCAR COMIDA, ANCIANOS, MADRES ARRASTRANDO NIÑOS POR HORAS, DISCAPACITADOS CALANDOSELA POR HORAS Y A VECES, NO SE CONSIGUE NADA…MOSCA CON LO QUE REPITE SIN CONOCIMIENTO…NO ES CUENTO EL SUFRIMIENTO DE LOS VENEZOLANOS…MÀS LA DESCALIFICACIÒN Y LAS AMENAZAS Y AGRESIONES IMPUINES…ES CIERTO!

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  6. El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo, de Paul Collier (Edit. Turner)

    El Tercer Mundo se ha reducido. Durante los últimos cuarenta años, el desafío del desarrollo consistió en el enfrentamiento entre un mundo rico, de unos mil millones de personas y otro pobre, de cinco mil millones. Un 80% de esas personas vive en países empobrecidos del Sur sociológico.

    Paul Collier, profesor de economía en Oxford, explica en El club de la miseria por qué, pese al progreso que llega al “Tercer Mundo”, hay aún mil millones de personas que viven en condiciones de extrema pobreza.

    El mundo de la interdependencia económica del siglo XXI será cada vez más vulnerable ante estas grandes bolsas de pobreza e incertidumbre social.
    Sin embargo, éste es un problema no reconocido por quienes se dedican al desarrollo.

    Prima la vertiente empresarial, con los organismos de cooperación y las compañías que obtienen los contratos para los proyectos de las grandes Organizaciones de la Sociedad Civil y cuentan con vía libre para introducirse en todas partes menos en los países del “club de la miseria”. La propaganda del desarrollo sirve para centrar la atención en la situación desesperada de ese mísero club.

    Las economías de los países más pobres tienen que crecer y desarrollarse de acuerdo con sus señas de identidad. En un desarrollo endógeno, sostenible, equilibrado y global. Se trata de infundir en la gente la esperanza de que sus hijos puedan vivir mejor en una sociedad que se ha puesto al nivel del resto del mundo. Si se acaba con esa esperanza, los individuos más inteligentes no dedicarán sus energías a desarrollar su sociedad, sino a escapar de ella.

    El problema de los mil millones de habitantes pobres es menos imponente que los problemas que se superaron en el siglo XX: las enfermedades endémicas, el fascismo y el comunismo, las guerras mundiales.

    J. C. Gª Fajardo

    fajardoccs@solidarios.org.es

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  7. http://www.dw.de/la-pobreza-como-crimen-de-lesa-humanidad/a-16948698?maca=spa-newsletter_sp_Titulares-2358-txt-newsletter

    La pobreza como crimen de lesa humanidad

    En 1973, el presidente del Banco Mundial aseguraba que sería posible erradicar la pobreza en el mundo antes de que culminara el siglo XX. Cuarenta años más tarde abundan las evidencias de que ese objetivo no se ha alcanzado, pero se sigue confiando en que éste puede alcanzarse en cuestión de décadas; en el año 2030, según algunos expertos. Deutsche Welle habló con el filósofo alemán Thomas Pogge para saber por qué poner fin a la pobreza es una meta tan elusiva.

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  8. EE.UU.: pobres suburbios

    El número de pobres que viven en los suburbios del país son más del doble que en las ciudades. La pobreza creció en los suburbios de Estados Unidos durante la última década con mayor rapidez que en otras partes del país, según un estudio difundido este lunes.

    El informe de la Institución Brookings precisa que entre los años 2000 y 2011 los pobres establecidos en los suburbios del país se incrementaron 64 por ciento como promedio hasta sumar 16,4 millones.

    Por el contrario, en las ciudades el aumento fue dos veces menor (29 por ciento), con 13,4 millones de personas viviendo bajo el límite de la pobreza.

    Según las últimas cifra del censo, se considera pobre a toda personas cuya familia de cuatro miembros tenga ingresos anuales inferiores a $23 mil 550 dólares. Para un individuo solo la cifra es de $11 mil 490.

    Según una de las autoras del estudio, Elizabeth Kneebone, todas las áreas suburbanas de importancia en el país experimentaron un incremento de la pobreza, incluidas comunidades que hasta ahora eran consideradas prósperas.

    Cuando la gente piensa en la pobreza en EE.UU. la asocia “con barrios marginados o zonas rurales aisladas, pero hoy en día los suburbios albergan la población pobre más numerosa y de más rápido crecimiento en el país”, dijo.

    Entre las ciudades con mayor crecimiento de la pobreza en sus suburbios están: Atlanta (158,9 por ciento); Austin (142,5); Las Vegas (139,3); Denver (138,2); Phoenix (134,2), y Minneapolis (127,9).

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    La indigencia que duele.
    PUBLICADO POR JOTAEFEB ⋅ 07/05/2013 ⋅ DEJAR UN COMENTARIO
    Los seres humanos, en una sociedad abierta, pueden elegir si quieren vivir en la pobreza, o salir de ella. Se trata de una decisión personal. Armando de la Torre dice que “la pobreza es el estado natural del hombre”. Este brillante académico cubano sostiene que todos nacemos pobres y recuerda que todos provenimos de un ser mucho más pobre. En algún lugar de la cadena, un antepasado fue pobre en su sentido más absoluto, sin siquiera poder acceder al sustento más elemental, el de su alimentación.

    Si un individuo, por su propia elección, decide no esforzarse, no trabajar, no esmerarse, pues invariablemente será pobre. Sus acciones, sus determinaciones, de alguna manera tendrán impacto directo en su futuro.
    Es respetable “elegir” la miseria. Lo inadmisible, es que cierto tipo de políticas, que se presentan como salvadoras y generosas, impidan salir de la pobreza y no hagan más que generar las peores condiciones posibles para aquellos que se lanzan a la aventura de intentar superarla.

    De esa posición no se sale con dádivas, ni con “favores”. Se logra sobreponerse con oportunidades, con un abanico amplio de posibilidades. Una sociedad dispuesta a fomentar la movilidad social, es capaz de estimular a cualquier ser humano a hacer lo necesario, para transitar ese camino gratificante de intentar construir el propio futuro.

    El presente nos invita a ver como en muchas naciones, demasiados políticos, se han empeñado en lucrar con la pobreza, en hacer un negocio de ella, haciendo uso de la gente, tratando a todos como objetos, manipulando a la sociedad para provecho político y económico propio.

    Esos dirigentes necesitan de los más débiles para cumplir sus objetivos. Si los pobres no tuvieran esa condición, si accedieran a más derechos, a mejor educación, a más recursos económicos, pues entonces serían libres y no tendrían que depender del auxilio del estado paternalista.

    Muchos de los que dicen combatir la pobreza, necesitan asistir con algo a los que menos tienen, para poder así, ufanarse de su generosidad, sensibilidad y benevolencia. Claro que siempre lo hacen con dinero de otros, utilizando los recursos del Estado, o sea los de todos los ciudadanos, para transformase en verdaderos redistribuidores profesionales de lo ajeno.

    Pero también precisan que esa condición de miseria sea definitiva y no transitoria, que la aparente donación que le ofrecen colabore pero no lo suficiente como para rescatar a nadie de su situación. Esos políticos hacen de esa circunstancia lamentable un negocio. Saben que un ciudadano que depende de ayuda no es libre, y entonces no puede tener criterio propio, ni soñar y mucho menos oponerse a lo que le indica su ocasional líder político.

    La pobreza en estos tiempos, se ha transformado en un perverso pero gran negocio para ciertos políticos que recitan discursos simpáticos, pero que practican y promueven las políticas más crueles, esas que condenan a una indigencia interminable, que viene para quedarse en un largo plazo.

    Ha hecho mucho mas por los que menos tienen la globalización, el capitalismo, la creatividad humana de los individuos y el mismo lucro, que cualquiera de estos charlatanes de la política.

    El avance de la medicina, de la ciencia y la tecnología, se han instalado para siempre, y lo hicieron de la mano de la iniciativa privada, de empresas que han invertido para crear, investigar y progresar. Han aportado acceso al conocimiento y a la información para brindar más educación, más salud y una mayor expectativa de vida en el presente, con la consiguiente y evidente mejora en la calidad de vida.

    No han sido los ciudadanos de los países populistas los que han aportado a ese progreso mundial, sino quienes viven en sociedades abiertas y libres, donde la gente puede crecer, soñar, donde las fronteras y los limites los establece cada individuo y no el Estado.

    Una casta de bandidos, disfrazados de políticos, alimenta la idea de que la pobreza es una virtud y la riqueza un defecto. Aplauden a los pobres, intentando convencerlos de las bondades de esa situación, frente a la avaricia, la codicia y el egoísmo de los que más tienen.

    Esa fantasía intelectual que impulsan, les permite saquear a los que tienen, haciéndolos sentir culpables de su prosperidad, de su éxito y esfuerzo. Es tal el avance cultural de esas ideas, que los que más se han sacrificado por su progreso, temen divulgarlo, llegando a ocultar sus bienes y disimulando al máximo lo que han obtenido por su propio mérito.

    Lo delictivo e inmoral, lo indecente y corrupto es seguir diseñando estrategias que hacen que los pobres sigan siéndolo en forma indefinida. Es así que ese sector de la política que gobierna hace tiempo, continua desplegando su arsenal de maniobras clientelistas, su asistencialismo estructural, alquilando voluntades y conquistando almas coercitivamente, para seguir dando órdenes, a quienes no parecen tener otra alternativa.

    El debate pendiente no puede tener como eje a la pobreza sino a la riqueza. Lo trascendente, lo extraordinario, lo elogiable, es generar riqueza. Eso es lo que realmente permite salir de este lamentable estado de pauperización. Como dice Armando De la Torre “La pobreza no tiene causas, la riqueza si.”

    No se defiende a los pobres con protección, sino con políticas que estimulen el crecimiento, el progreso, el trabajo y el desarrollo. No son las, mal llamadas, políticas sociales las que generan futuro sino una secuencia de ideas serias que apuesten a que ese grupo de ciudadanos abandone definitivamente esa situación, salvo que la elijan voluntariamente.

    Es inaceptable ver como sigue avanzando la hipocresía de los que se llenan la boca hablando de los pobres, del trabajo que hacen por ellos, quitándole recursos con impuestos, socavando su autoestima, haciéndoles creer que no sirven para nada y que solo pueden subsistir bajo los favores políticos de los picaros de turno. No solo esquilman a la sociedad sino que están decididos a robarle su dignidad y sus sueños. Esa es la indigencia que duele.

    Alberto Medina Méndez

    albertomedinamendez@gmail.com

    skype: amedinamendez

    http://www.albertomedinamendez.com

    54 – 0379 – 154602694

    Facebook : http://www.facebook.com/albertoemilianomedinamendez

    Twitter: @amedinamendez

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  10. El Banco Mundial busca acabar con la pobreza extrema

    La ONU se había propuesto reducir a la mitad los índices de pobreza de la población global en el año 2015. Ahora, el jefe del Banco Mundial redobla la apuesta y habla de acabar con la pobreza extrema de aquí al año 2030.

    Cuando se fundó el Banco Mundial (BM) en 1944, su objetivo original era muy concreto: financiar la reconstrucción de los Estados más golpeados durante la Segunda Guerra Mundial. Con el tiempo, esta institución creció y sus metas se diversificaron hasta abarcar la lucha contra la pobreza. Hoy, cerca de 10.000 trabajadores de cinco organizaciones adscritas al BM coordinan proyectos de cooperación para el desarrollo en el mundo entero. Pero, ¿qué significa “luchar contra la pobreza” para este organismo internacional?

    Eso se preguntó el médico coreano-estadounidense Jim Yong Kim al asumir la presidencia de esa entidad el 1 de julio de 2012. A sus ojos, al BM le faltaba un propósito claro. “Cualquiera que haya dirigido una organización compleja sabe que no se llega a nada, si no se tienen metas y plazos específicos. Todos dicen estar de acuerdo en que la pobreza debe ser combatida. Pero nadie cambia su manera de trabajar si no hay presión”, comentó Kim recientemente en un congreso que reunió a miembros del BM y del Fondo Monetario Internacional (FMI).

    El nuevo objetivo del BM es acabar con la pobreza extrema a escala global de aquí al año 2030, lo cual equivale virtualmente a redoblar la apuesta que hizo la ONU, cuando sus miembros se propusieron reducir a la mitad los índices de pobreza de la población mundial entre 2000 y 2015. No obstante, también ahora cabe preguntar: ¿qué quiere decir el BM cuando habla de acabar con la pobreza extrema? “Poner fin a la pobreza no implica llevarla al cero por ciento”, aclara el economista en jefe de la institución con sede en Washington, Kaushik Basu.

    Criterios claros

    Según los criterios del BM, se habrá puesto fin a la pobreza extrema cuando sólo el 3 por ciento de la población mundial se vea obligado por sus circunstancias a vivir con menos de 1,25 dólares estadounidenses diarios, explica Basu. “Es una vergüenza que aproximadamente el 20 por ciento de los habitantes del planeta sobrevivan con tan poco”, señala el economista, apuntando a que los índices de pobreza extrema deberán descender a un ritmo anual del uno por ciento durante los próximos diecisiete años.

    “Eso no será fácil”, advierte el jefe del BM. “La economía de los países en vías de industrialización debe crecer y fortalecerse. Los países ricos deben crecer de nuevo. Y debemos asegurarnos de que los cambios climáticos no destruyan los éxitos alcanzados”, agrega Kim. La nueva meta del BM se apoya en el concepto del “bienestar compartido”. En el futuro, el BM medirá cómo evolucionan en cada país los ingresos de los más pobres, para determinar si el 40 por ciento de la población con menos recursos se beneficia del crecimiento nacional.

    Kim quiere aprovechar la reunión de primavera del Comité de Desarrollo para presentar este nuevo programa de lucha contra la pobreza extrema ante los representantes del BM y del FMI que lo conforman. El contexto es ideal porque allí se dará a conocer un informe sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se fijaron los Estados de la ONU en el año 2000. Muchos dan por sentado que la mayoría de esas metas no se alcanzarán en el plazo que termina en 2015, con todo y que la pobreza mundial se redujo a la mitad en 2010.

    Autores: Andreas Becker / Evan Romero-Castillo

    Editora: Emilia Rojas Sasse

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  11. América Latina es una región de conflictividad social intensa, que tiene sus mayores exponentes en Bolivia, Perú y Argentina, subraya un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). “El conflicto social no es sinónimo de guerra; es más bien el orden conflictivo de la interculturalidad y de la diversificación consustancial a la democracia”, afirmó Heraldo Muñoz, subsecretario general de las Naciones Unidas y director regional del PNUD, en diálogo con la AFP.
    La investigación, realizada entre octubre del 2009 y setiembre del 2010, subraya que en términos generales los países latinoamericanos que registraron el número más alto de conflictos son Bolivia, Perú y Argentina, mientras que los países menos conflictivos son Costa Rica, Chile y El Salvador.

    Asimismo, El Salvador, Colombia y México presentan grados de conflictividad social “relativamente bajos”, sin considerar la violencia derivada del crimen organizado, el narcotráfico y la guerrilla que afectan a México y Colombia.

    El funcionario de la ONU, quien presentó en Lima el libro “La protesta social en América Latina”, elaborado por el PNUD, aclaró que los países que tienen menos problemas sociales no están exentos de conflictos, como el caso de Chile, que durante todo el año pasado tuvo movilizaciones estudiantiles.

    Muñoz criticó que algunos países busquen “criminalizar las protestas”, lo que consideró “un grave error porque ello es cercenar la democracia y las libertades básicas de expresión de las movilizaciones”.

    El director regional del PNUD destacó la necesidad de compatibilizar el orden público con la canalización de la libertad de expresión y movilización.

    “Criminalizar la protesta apunta a una debilidad de las democracias, mientras los estados fuertes responden con mecanismos de mesas de diálogo”, insistió.

    Paraguay, con abismo social

    El libro del PNUD subraya que en la región los niveles de desigualdad están lejos de ser homogéneos. “Las estructuras sociales se mantienen más fracturadas en la región andina, en parte de Centroamérica, el Caribe y Paraguay, donde persisten verdaderos abismos sociales”. Este factor pone en un “mayor nivel de riesgo e inestabilidad a países como Ecuador, Perú y Bolivia, donde los avances a un pacto social más incluyente no han sido todavía suficientes para cerrar esas brechas crónicas”, según el PNUD.

    Muñoz aseveró que América Latina está registrando niveles importantes de crecimiento económico, pero que ese proceso resulta insuficiente si no hay políticas públicas que limiten las desigualdades. “De lo contrario el crecimiento lo único que hace es beneficiar a los más privilegiados, aumentando la brecha social”.

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  12. CEPAL: 58 millones de latinoamericanos dejaron de ser pobres

    Unos 58 millones de latinoamericanos dejaron de ser pobres desde 2002 hasta la fecha en medio de la expansión económica regional, informó hoy la CEPAL.

    “Las actuales tasas de pobreza e indigencia son las más bajas observadas en las últimas tres décadas”, ahondó la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.

    En total, unos 167 millones de latinoamericanos son pobres, de los cuales 66 millones están en condición de indigencia, es decir, carecen de recursos para pagar sus alimentos. En 2002, la cifra subía a 225 millones.

    Honduras, Guatemala, El Salvador y Bolivia son los países con las mayores tasas de pobreza, con un 40 a 70 por ciento de sus poblaciones sometidas a ese flagelo.

    En contraste, Argentina, Uruguay y Chile son las naciones con menor prevalencia de la pobreza, con niveles bajo 15 e incluso diez por ciento.

    En Brasil, Venezuela, Colombia y Perú los niveles de pobreza oscilan entre 20 y 35 por ciento, según Cepal, en base a cifras oficiales de los propios gobiernos.

    “Al igual que en años anteriores, el aumento de los ingresos laborales en los hogares pobres fue el factor más determinante en la reducción de la pobreza”, sostuvo Cepal en su Panorama Social.

    La entidad, que estima que el desempleo cerrará en 6,4 por ciento este año, añadió que las transferencias monetarias públicas (subsidios) y privadas (caridad) son menos importantes para combatir la pobreza.

    El estudio, que se presenta anualmente, observó además que un 65 por ciento de las personas en pobreza trabajan, lo que implica que millones de latinoamericanos reciben salarios insuficientes para cubrir sus necesidades básicas.

    “El desafío es generar empleos de calidad en el marco de un modelo de desarrollo orientado a la igualdad y la sostenibilidad ambiental”, dijo ante ese escenario Alicia Bárcena.

    El problema del mal empleo tiene su origen en la inequidad que azota a la región, la que posee la peor distribución de ingresos del mundo.

    Las últimas estadísticas disponibles para 18 países indican que en promedio el diez por ciento más rico de la población latinoamericana recibe el 32 por ciento de los ingresos totales de la región.

    En oposición, el 40 por ciento más pobre percibe solo el 15 por ciento.

    En ese marco, Cepal observó con preocupación las señales de contracción del gasto social en la región observada desde 2011, en medio del ahondamiento de la crisis europea.

    dpa

    Editor: Pablo Kummetz

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  13. gente de mierd… que solo piensa en guerra y llenarse los bolsillos del esfuerzo de otros, mientras otros no tienen ni una migaja de pan en el diente y sufren por un miserable vaso de agua, esa que dios dio a todos y muchos perdidos no lo tienen… ojala se mueran que halla un terremoto y los aplaste a todos…

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  14. Esto es mentira como guatemala va a estar en esa lista soy panameño y acabo de ver en wikip q sierra leon es el segundo pais mas pobre del mundo y aqui no aparece al menos q en solo meses se aya puesto en una crisis enorme y no lo creo

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  15. Me a gustado mucho sus investigaciones pero deben tener cuidado cuando se refieren a la República de Haiti ustedes dicen que la Isla recibe ayuda de otros países, recuerden que la Isla la española es compartida por 2 países Rep Dominicana y Rep de Haiti y son 2 economía muy diferente, diferentes cultura y diferentes idiomas. Si el estudio se refiere a la isla pues los resultados son otros, pero si se refieren Haiti su información es correcta.

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  16. El cono del helado

    Usted conoce el cono abizcochado del helado: se coloca la bola encima y cuando se derrite se derrama un poco del helado por la parte inferior. Al comer el final del cono la punta inferior suele estar seca, sin helado.

    Pues algo parecido es la distribución de la riqueza en el mundo, según la ONU: un 20% de la población mundial, el equivalente a 1.320 millones de personas, concentran en sus manos el 82% de la riqueza mundial. Se hartan con la bola del helado. Y en la punta estrecha inferior del cono los más pobres -mil millones de personas- sobreviven con apenas el 1.4 % de la riqueza mundial.

    El indicador de la riqueza de una economía se mide por el PIB (Producto Interno Bruto). Cuanto mayor sea el PIB, mayor es el crecimiento de un país. Tanto que el gobierno de Lula lanzó el PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento), aunque debiera haberse lanzado el PADS (Programa de Aceleración del Desarrollo Sustentable).

    Un país crece cuando su economía total se engrosa con más cifras. Lo que no significa que cumplió su cometido, o sea que imprimió más calidad de vida y de felicidad a su población. El crecimiento tiene que ver con la producción agropecuaria, industrial y la expansión de la red de servicios. Desarrollo implica escolaridad, salud, saneamiento, vivienda, cultura y preservación del medio ambiente.

    El economista Ladislao Dowbor, de la PUC-SP, tiene un buen ejemplo para demostrar la diferencia: la Pastoral de la Niñez favorece, con su red de 450 mil voluntarios, a miles de niños hasta los seis años. Por lo que contribuye a la reducción del 50 % de los índices de mortalidad infantil y al 80 % de las hospitalizaciones. Cuantos menos niños enferman, menos medicinas se compran, menos servicios hospitalarios se utilizan y las familias viven más felices.

    ¿Estupendo, no? No para el gobierno ni para los economistas fanáticos del PIB. Afirma Dowbor que “el resultado, desde el punto de vista de las cuentas económicas, es completamente diferente: al bajar el consumo de medicamentos, el de ambulancias, el uso de hospitales y de horas trabajadas por los médicos, también se reduce el PIB”. Al obtener salud con un gasto de apenas US$ 0.80 por niño/mes, la Pastoral de la Niñez hace caer el PIB, aunque sube la felicidad de la nación.

    Alegrarnos por el crecimiento del PIB no significa que el país vaya en la dirección correcta. Vea por ejemplo la China, cuyo PIB es el que más crece en el mundo. Ni por eso nos causa envidia la calidad de vida de su población. Si el despalamiento de la Amazonía -pelada ahora en un 17% de su área total- aumenta, más se introducirán allí el agronegocio y rebaños inmensos, lo que haría crecer el PIB, así como reducir el equilibrio ambiental y nuestra calidad de vida.

    El problema número 1 del mundo no es económico, es ético. Perdimos la visión del bien común, de pueblo, de nación, de civilización. El capitalismo nos ha infundido la noción perversa de que la acumulación de riqueza es un derecho y que el consumo de lo superfluo una necesidad.

    Compare estos datos: según la ONU, para facilitar la educación básica a todos los niños del mundo sería preciso invertir, hoy, US$ 6 mil millones. Y sólo en los EE.UU. gastan cada año en cosméticos US$ 8 mil millones. El agua y el alcantarillado básico de toda la población mundial quedarían garantizados con una inversión de US$ 9 mil millones.

    El consumo de helados por año en Europa representa el desembolso de US$ 11 mil millones. Habría salud elemental y buena nutrición de los niños de los países en desarrollo si se invirtieran US$ 13 millones. Pero en EE.UU. y Europa se gastan cada año en alimentos para perros y gatos US$ 17 mil millones; US$ 50 mil millones en tabaco en Europa; US$ 105 mil millones en bebidas alcohólicas en Europa; US$ 400 mil millones en estupefacientes en todo el mundo; y US$ 780 mil millones en armas y equipamientos bélicos en el mundo.

    El mundo y la crisis que le afecta sí tienen solución. Siempre que los países fueran gobernados por políticos centrados en otros paradigmas que huyan del casino global de la acumulación privada y de la incontenible espiral del lucro. Paradigmas altruistas, centrados en la distribución de la riqueza, en la preservación ambiental y en el compartimiento de los bienes de la Tierra y de los frutos del trabajo humano.

    Ponga mucha atención a los candidatos que este año merecerán su voto para alcaldes y concejales. Investigue su pasado para saber con quién se va a comprometer de hecho.

    Ah, ¿que a usted no le gusta la política? No sea ingenuo: quien se aparta de la política será gobernado por aquellos a quienes sí les gusta. Precisamente lo que los políticos corruptos desean es que la omisión de usted asegure la perpetuación de ellos en el poder.

    Frei Betto

    Escritor y asesor de movimentos sociais

    Adital

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  17. Las manipulaciones del Banco Mundial. ¿Ha descendido la pobreza en el mundo?

    Vicenç Navarro
    Rebelión. Público
    Adital
    Hace unas semanas el Banco Mundial publicó una breve nota de prensa de seis páginas, que causó gran impacto. La noticia no era para menos. El Banco Mundial señalaba que, a pesar de la recesión mundial, la pobreza extrema había bajado en el mundo.

    El título de la nota de prensa lo decía todo «Nuevas Estimaciones Revelan una Disminución de la Pobreza Extrema durante el periodo 2005-2010” («New Estimates Reveal Drops in Extreme Poverty 2005-2010. World Bank).

    Ni que decir tiene que los mayores medios de información del mundo occidental, de sensibilidad liberal, ansiosos de buenas noticias, echaron campanas al vuelo.

    Los mayores diarios y semanarios del mundo publicaron noticias y artículos en lugar prominente, con titulares muy llamativos, anunciando la noticia.

    El del The New York Times era representativo: «La pobreza mundial desciende a pesar de la recesión económica mundial”. Titulares parecidos aparecieron en los mayores medios. Un tanto semejante ocurrió en la prensa liberal económica, desde el Financial Times al The Economist. Éste último, con la exageración que le caracteriza, señalaba que «por primera vez, el número de pobres desciende en todo el mundo”. Ni que decir tiene que, predeciblemente, los grandes rotativos de España reproducían las noticias con igual alborozo.

    El problema con toda esta movilización mediática es que los datos, incluyendo los propios datos del informe del Banco Mundial, no reflejan esta realidad.

    Veámoslos. Lo primero que aparece es que los que el informe presenta van del año 1981 al 2008. El estudio del Banco Mundial es la evolución de la pobreza extrema durante este periodo. El último año analizado es, repito, 2008, el primero de la recesión.

    Es decir, la recesión apenas había comenzado. No puede, por lo tanto, derivarse que «a pesar de la recesión, la pobreza ha bajado” tal como la gran mayoría de los medios indicaron. En realidad, la crisis y la recesión se iniciaron aquel año, y a nivel mundial todavía continúa en muchas partes del mundo. Para llegar a la conclusión a la que llegaron los medios, el estudio tendría que haber analizado la evolución de la pobreza durante el periodo 2008-2012, y ver si la pobreza bajó durante esos años. El Banco Mundial no hizo tal estudio.

    Sus datos reales terminaron en 2008, cuando la recesión comenzó. Lo que sí hizo el Banco Mundial, es una estimación de la bajada de la pobreza durante el periodo 2008-2010, estimación basada, no en datos reales sino en datos calculados según varios supuestos, algunos altamente cuestionables. Las estimaciones del Banco Mundial son conocidas por su «creatividad”, conducentes a estimaciones y proyecciones de escasa credibilidad en la comunidad científica. Los únicos datos reales, y no supuestos, del estudio del Banco Mundial terminan en 2008, cuando la recesión apenas comenzaba.

    Pero el informe del Banco Mundial comete otro error que, como el anterior, le permite llegar a una conclusión equivocada. Analiza cuánta gente vive en el mundo con menos de 1.25 dólares al día y cuantifica como esta cifra ha ido evolucionando durante el periodo 1981-2008.

    Y dado que el total, según sus cálculos, es que en 2008 había 662 millones menos que estaban en esta condición que en 1981, concluye que la pobreza ha disminuido a nivel mundial. Puesto que este periodo ha sido el periodo liberal, es decir, el periodo que la mayoría de países del mundo, presionados por el Fondo monetario Internacional y por el Banco Mundial, han llevado a cabo políticas neoliberales, este descenso se presenta como la prueba del gran éxito de tales políticas. Han aparecido ya varios artículos de conocidos economistas liberales (en realidad, neoliberales) cantando las alabanzas del neoliberalismo.

    Pero tal euforia ignora algunos hechos elementales. Uno de ellos es que la mayoría de este descenso del porcentaje de la población que vive con menos de 1,25 dólares al día se concentra en China (y en segundo lugar en la India), y China no ha seguido las políticas neoliberales en su desarrollo.

    En contra de la sabiduría convencional neoliberal conocida como Consenso de Washington en EEUU, y Consenso de Bruselas en la UE, el Estado de China es altamente intervencionista, con pleno control público de la banca y del crédito, entre otros ejemplos.

    Un tanto semejante ocurre en la India. Excluyendo estos dos países, el porcentaje de la población en pobreza extrema aumentó, no disminuyó, y muy en particular en los países que siguieron con mayor docilidad las recetas neoliberales.

    En otros países donde la pobreza disminuyó a principios de este siglo, tales como Venezuela, Brasil, Argentina y otros países de América Latina, este descenso se debió precisamente a la revuelta en contra de las políticas neoliberales, rompiendo con ellas, mediante políticas intervencionistas de orientación redistribuidora, con activa participación del Estado en su actividad económica.

    Tal como los informes publicados por el Center for Economic and Policy Research de Washington han mostrado, las consecuencias del neoliberalismo en el mundo en vías de desarrollo han sido negativas.

    Las tasas de crecimiento económico y producción de empleo fueron mayores en los países que ignoraron las posturas neoliberales que en los que las siguieron. Por cierto, uno de los países con mayor reducción de la pobreza extrema ha sido, precisamente, Venezuela, bajo el gobierno de Hugo Chávez, demonizado en los rotativos de mayor difusión españoles.

    Pero el mayor problema del informe del Banco Mundial es la manera cómo define pobreza extrema, utilizando el indicador del consumo de 1,25 dólares estadounidenses como el umbral de la pobreza.

    Por cierto, utilizar 1,25 dólares no quiere decir que en el mundo sean pobres los que consumen menos de 1,25 dólares por habitante. Tal cantidad, en dólares estadounidenses, podría ser una cantidad respetable para un país pobre. No es 1,25 dólares estadounidenses el umbral de la pobreza extrema en los países subdesarrollados, sino el valor de la moneda local cuya capacidad adquisitiva sea comparable a la de 1,25 dólares en Estados Unidos.

    Este indicador, tal como han mostrado Robin Broad y John Cavanagh en su libro Development Redefined. How the Market Met its Match es simplista en extremo, pues no tiene en cuenta otros consumos que no sean comercializados.

    Por ejemplo (y entiendan bien esto, con Cuba en la mente) dos países pueden estar consumiendo 1,25 dólares per cápita per día y, sin embargo, el que tenga abundantes servicios públicos, tendrá menos pobreza que otro país que no tenga tales servicios.

    Pero el Banco Mundial no valora el consumo público, sólo el privado. De ahí que tal indicador subestime deliberadamente el efecto positivo que tienen los servicios públicos en reducir la pobreza de un país.

    En resumidas cuentas, el neoliberalismo ha sido un fracaso, por mucho que el Banco Mundial y el FMI intenten rescatarlo.

    Su impacto en la pobreza ha sido devastador y la crisis está acentuando todavía más esta situación. España es un claro ejemplo de ello. La pobreza se está disparando, no reduciendo.

    Escribir lo contrario es mera propaganda neoliberal, por mucho que se intente ocultar esa realidad con estudios aparentemente científicos.

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  18. Darfur, la guerra en el olvido mundial

    por Eduardo Quintana

    Diferentes regiones del planeta siguen experimentando conflictos armados con diversos orígenes. Una guerra que no termina y que sigue preocupando a los defensores de los derechos humanos la encontramos en el continente africano, el más golpeado por problemas sociales, políticos, religiosos y económicos en la actualidad. Y, aunque se estén librando algunas resistencias en contra de las últimas dictaduras o prevalezcan las guerras interreligiosas, Darfur sigue marcando un hito central en la problemática africana.

    Días pasados, la Corte Penal Internacional (CPI) reiteró su llamado a los líderes mundiales para que se efectivice la detención de los responsables sudaneses que cometieron y siguen cometiendo crímenes de lesa humanidad en esta región pobre del oeste de Sudán. Según el fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo, “continúa el genocidio en Darfur y continuará mientras no se tomen realmente en serio las resoluciones de los juzgados internacionales”.

    Los países de las Naciones Unidas, a pesar de condenar los atentados a los derechos humanos en varios países, muchas veces olvidan o ignoran lo que sucede en Darfur y no accionan contra las autoridades sudanesas que violentaron los valores fundamentales de los individuos en las últimas décadas. Omar al Bashir, presidente dictador de Sudán, es el primer gobernante en el planeta que tiene orden de captura internacional desde marzo de 2009, por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. La captura no se lleva a cabo por la oposición de otros gobernantes autoritarios de África y por la férrea oposición de Rusia y China, quienes tienen tratados comerciales multimillonarios con el régimen, incluyendo venta de armas.

    El conflicto de Darfur, posterior a la segunda Guerra Civil Sudanesa, se inició alrededor del 2003 cuando decenas de insurgentes se levantaron en armas en contra del gobierno, por la marginación, pobreza y represión que vivía la zona. A partir de entonces, distintas etnias están en disputa, algunas apoyadas por la dictadura sudanesa. Se calcula que alrededor de 350.000 personas murieron y casi tres millones tuvieron que ser desplazadas dentro y fuera del país a raíz de la guerra.

    Actualmente, según la Corte Penal Internacional y organizaciones de derechos humanos, continúan los ataques contra la población civil, tanto por parte de los rebeldes como del gobierno tiránico. El secuestro, la tortura, la detención sin cargo, las represiones violentas y los malos tratos siguen sin ser juzgados en esta región. Aumentó, además, el número de desplazados que van al vecino Chad y a otros países de la zona, donde tampoco son bien recibidos o atendidos. La ayuda internacional está limitada por los estrictos controles que impone el régimen de al Bashir.

    África permanece como el continente con más conflictos en su territorio. Desde tiempos de las colonias, el continente ha sufrido invasiones, ataques, guerras internas que no cesan en vista a las raíces étnico-religiosas y políticas de la problemática. Tampoco la comunidad internacional ha podido solucionar realmente el conflicto que sigue matando y desplazando a miles de personas.

    La CPI no puede juzgar al dictador al Bashir porque los países amigos no lo permiten. Los mismos líderes que “defienden” la democracia, el respeto a los principios republicanos o enaltecen a valores como la vida y la libertad, son los mismos que luego estrechan lazos con aquel déspota y cierran jugosos contratos para empresas públicas o privadas de sus respectivos países.

    La guerra de Darfur continuará y se derramará mucha sangre mientras no se detenga a los principales responsables de las sucesivas masacres registradas en esta parte del mundo. Mientras no se tome en serio el conflicto, miles de personas seguirán muriendo o desplazándose sin rumbo, gracias a la hipocresía de la comunidad internacional y de las promesas vanas de los líderes mundiales.

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  19. Luchar contra la pobreza en Europa

    La pobreza en Europa crece y atrapa a las clases medias. Hace unos años era corriente tener tres comidas calientes al día. Comprar una casa parecía lo normal, sin sospechar que eso hipotecaría el futuro de miles de familias. Nadie se imaginó el paisaje con personas que acuden a los contenedores de las grandes superficies en busca de alimentos desechados. No se trata de mendigos, sino de personas de clase media que han perdido su trabajo, su principal fuente de ingreso. Son los mismos ciudadanos que hace pocos años ayudaban en los comedores sociales como voluntarios, y que ahora se ven en la necesidad de acudir a estos centros para comer.

    La pobreza en la Unión Europea va más allá de la desigualdad económica y trasciende los hasta ahora perfiles de personas en riesgo de exclusión social: niños y ancianos, mujeres e inmigrantes. En 2009 existían, en la Europa de los 27, alrededor de 115 millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social, lo que supone el 23,1% de la población, según fuentes oficiales. Dos años antes de la crisis, en 2007, cerca de 85 millones de ciudadanos europeos se encontraban por debajo del umbral de pobreza relativa.

    ¿Qué significa “ser pobre” en un contexto “sólido y estable” como la Unión Europea? En España se considera pobreza ingresar menos de 8.000 euros al año, según el Centro Superior de Investigaciones Científicas en 2010. Esta pobreza no es accidental. La sociedad se ha movido al ritmo frenético que marcaba el modelo de consumo desaforado. Se nos vendía que ser era lo mismo que tener, y se confundían las verdaderas necesidades con las artificiales.

    La crisis actual deja una tasa de paro juvenil de 48,5 %, más de 6,4 millones de menores de 25 años en España han perdido la esperanza de encontrar trabajo. La tasa más alta de los países de la Unión Europea, según fuentes de la Organización Internacional del Trabajo. Cientos de jóvenes se emanciparon durante la burbuja económica de hace unos años sin prever las posibles consecuencias. Ahora vuelven a casa de sus padres con las maletas y, en algunos casos, con hijos y sin un horizonte laboral estable.

    La marginación tiene nuevos rostros relacionados con la precariedad laboral, deficiencias en la formación, el encarecimiento y la dificultad en el acceso a una vivienda digna, la falta de participación en la vida democrática de un país. Y sobre todo un descenso en la autoestima que los hace sentirse frustrados, como si nadie tuviera necesidad de ellos. Un cúmulo de factores que crecen a la sombra del desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar. Los recortes en la cobertura pública y la destrucción de los fondos de ayuda europeos dificultan el intento de atajar las nuevas situaciones de desigualdad. Las políticas de austeridad implantadas en la Unión Europea han sido determinantes para socavar todo aquello que tanto había costado conseguir tras la Segunda Guerra Mundial. En palabras de Paul Krugman, Nobel de Economía, “el resultado de esta política de austeridad es la recesión económica que se avecina en Europa”.

    Para superar esta crisis la Unión Europea “necesita una economía inteligente e integradora que disfrute de altos niveles de empleo, de productividad y de cohesión social”. Eso es lo que se pretende con la nueva estrategia “Europa 2020”, en palabras de Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea. El nuevo plan intenta corregir el fracaso de la anterior estrategia, acordada en Lisboa. Tiene como objetivo de referencia sacar al menos a 20 millones de personas en riesgo de exclusión social. Con “Europa 2020”, la Unión Europea propone una visión de economía social de mercado para el siglo XXI, dónde se apueste por un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. Europa necesita un rescate social más que financiero.

    Antonio Ruiz Morales

    Periodista

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