EDUARDO GALEANO: LOS CAMINOS DEL VIENTO.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano recibirá el Premio Stig Dagerman, en Suecia, el 12 de septiembre de 2010.

Este es el texto que escribió ante la ocasión:

“Querido Stig: Ojalá seamos dignos de tu desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos merecer que nos llamen locos, como han sido llamadas locas las Madres de Plaza de Mayo, por cometer la locura de negarnos a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo”.

15 comentarios en “EDUARDO GALEANO: LOS CAMINOS DEL VIENTO.”

  1. La burocracia

    En tiempos de la dictadura militar, a mediados de 1973, un preso político uruguayo, Juan José Noueched, sufrió una sanción de cinco días: cinco días sin visita ni recreo, cinco días sin nada, por violación al reglamento. Desde el punto de vista del capitán que le aplicó la sanción, el reglamento no dejaba lugar a dudas. El reglamento establecía claramente que los presos debían caminar en fila y con ambas manos en la espalda. Noueched había sido castigado por poner una sola mano en la espalda. Noueched era manco.
    Había caído preso en dos etapas. Primero había caído su brazo. Después, él. El brazo cayó en Montevideo. Noueched venía escapando a todo correr cuando el policía que lo perseguía alcanzó a pegarle el manotón, le gritó: ¡Dese preso! y se quedó con el brazo en la mano. El resto de Noueched cayó un año y medio después, en Paysandú.

    En la cárcel, Noueched quiso recuperar el brazo perdido: -Haga una solicitud – le dijeron. El explicó que no tenía lápiz: -Haga una solicitud de lápiz – le dijeron. Entonces tuvo lápiz, pero no tenía papel: -Haga una solicitud de papel – le dijeron.

    Cuando por fin tuvo lápiz y papel, formuló su solicitud de brazo. Al tiempo, le contestaron. Que no. No se podía: el brazo estaba en otro expediente. A él lo había procesado la justicia militar. Al brazo, la justicia civil.

    Eduardo Galeano

    Me gusta

  2. Para la esperanza: Eduardo Galeano

    ¿Qué tal si deliramos por un ratito?

    ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?

    El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones…

    En las calles los automóviles serán aplastados por los perros…

    La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será, tampoco, mirada por el televisor.

    El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha, o el lavarropas.

    Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar en vez de… vivir por vivir nomás… Cómo canta el pájaro sin saber que canta y cómo juega el niño sin saber que juega.

    En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen por cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo.

    Nadie vivirá para trabajar, pero todos trabajaremos para vivir.

    Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas.

    Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.

    Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos.

    Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas.

    La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie, nadie, tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo.

    La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero.

    La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio… porque la comida y la comunicación son derechos humanos.

    Nadie morirá de hambre… porque nadie morirá de indigestión.

    Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle.

    Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos.

    La educación no será el privilegio de quiénes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quiénes no puedan comprarla.

    La justicia y la libertad… hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda..

    En Argentina, las locas de plaza de mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria.

    La Santa Madre Iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará: festejar el cuerpo. La Iglesia también dictará otro mandamiento que se le había olvidado a Dios: amarás a la naturaleza de la que formas parte.

    Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma.

    Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar.

    Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza, y voluntad de Justicia… hayan nacido cuando hayan nacido y hayan vivido donde hayan vivido, sin que importe ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo.

    Seremos… imperfectos, porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses.

    Pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día cómo si fuera el primero y cada noche cómo si fuera la última.

    Eduardo Galeano

    Me gusta

  3. BOCAS DEL TIEMPO, DE EDUARDO GALEANO

    (Siglo XXI, 2004).

    “Aquí nadie tiene trabajo pero todos están muy ocupados.

    La luz grita, el aire baila. Cada persona es un color que camina.

    De los cuerpos, negros, bajan sombras verdes y azules, y tantos tonos tienen los fulgores del aire que el arco iris prefiere no salir, para evitar el papelón”.

    “Los mayas no han olvidado que hemos sido fundados por el tiempo y estamos hechos de tiempo, que de muerte en muerte nace”.

    “¿Los pájaros anuncian la mañana? ¿O cantando la hacen?”.

    … Y así durante 340 páginas. Algunas de 10 ó de 20 líneas. Son retazos arañados aquí allá. Son pequeñas historias que cuentan, juntas, una sola historia. Son luz y colores, estremecen y acarician, emocionan y silencian, el grito que llevamos dentro. Es el mundo en pequeños mundos que duran un instante eterno.

    Es una travesía por el amor, la infancia, el agua, la tierra, la palabra, la imagen, la música, el éxodo, el poder, el miedo, la guerra, la indignidad, la indignación, el desarraigo, el vuelo. Y la esperanza.

    Sus protagonistas aparecen y desaparecen para seguir viviendo, historia tras historia, en otros personajes que les dan continuidad. Tejidos por los hilos del tiempo, ellos son tiempo que dice: son bocas del tiempo.

    Y yo, que no creo que exista el tiempo, sino que lo vamos haciendo, me inclino ante este calidoscopio y grito con doña Chila: ¡Me robaron las ideas!

    Galeano escribió “Las venas abiertas de América Latina” a sus veintitantos años. Y los inolvidables “Memoria del fuego” y el “Libro de los abrazos”, y uno de los que más he saqueado para mis clases “Patas arriba. La escuela del mundo al revés”.

    ¡Chapeau!, Maestro.

    J. C. Gª Fajardo

    fajardoccs@solidarios.org.es

    Me gusta

  4. VENEZUELA
    Galeano a El País: ‘Hay una demonización de Chávez’

    Oscar Gutiérrez *

    Adital –
    12 Septiembre 2010
    El reloj, para Eduardo Galeano (Montevideo, 1940), marca todavía hora de la capital uruguaya aunque el ruido que se cuela en la charla por la ventana llega de la Puerta del Sol. “Disculpa si digo muchas tonterías. Es el jet lag”. Ni por asomo, las cinco horas que separan a Madrid de la capital uruguaya ponen patas arriba la palabra del autor de Las venas abiertas de América Latina. El escritor ha visitado España para participar en la Semana de la Cooperación que organizan la AECID y la agencia Inter Press Service, ocasión que aprovecha para “echar un vistazo al mundo de hoy, un mundo al revés”.

    Pregunta. Vargas Llosa ha escrito que aún se considera periodista. ¿Y usted?

    Respuesta. Sí, pero hay una tradición que cree que el periodismo es un ejercicio que se practica en los bajos fondos de la literatura, y en lo alto del altar está la creación del libro. No comparto esa división de clases. Creo que todo mensaje escrito forma parte de la literatura, incluyendo los grafiti de las paredes. Hace tiempo que, sobre todo, escribo libros y muy pocos artículos. Pero me formé en eso y tengo la marca de fábrica. Le agradezco al periodismo que me haya sacado de la contemplación de los laberintos de mi propio ombligo.
    P. En ocasiones cita la frase de un anónimo: “Nos mean y los diarios dicen que llueve”. ¿Sigue lloviendo?

    R. Es un grafiti que vi en una calle de Buenos Aires. Las paredes son la imprenta de los pobres. Sigue lloviendo. Empezando por la imposición de un lenguaje mentiroso. Cuando llaman contratistas a los mercenarios mienten; cuando llaman catástrofes naturales a los desastres que el mundo sufre mienten también, porque la naturaleza no tiene la culpa de los crímenes que se cometen contra ella; se invoca a la comunidad internacional y se refieren a un club de banqueros y guerreros que dominan el mundo.

    P. Hace tiempo que no escuchamos que la prensa es el cuarto poder. ¿Hemos bajado un peldaño?

    R. No. Se han desarrollado formas de comunicación que te devuelven la confianza en que este mundo al revés es un centro de paradojas interesante. Internet nació al servicio de la industria militar, y luego se convirtió en otra cosa distinta. Se multiplicaron las voces no escuchadas que sonaban en campana de palo. Ha contribuido al desarrollo de formas alternativas de comunicación. Yo soy prehistórico y necesito que un diario me cruja las manos, el olor de la tinta y el papel. Tampoco puedo leer un libro en pantalla. Me gusta mucho el papel en la mano, el libro que me apoyo contra el pecho, lo escucho poniendo contra la oreja las palabras que transmite aunque a veces parecen muertas en el papel.

    P. El encuentro de la AECID e IPS pretendía implicar a los medios en un “desarrollo más inclusivo”. ¿Se nos olvidó incluir a alguien al contar la crisis?

    R. Hubo una manipulación, creo que no inocente, de los grandes medios de comunicación de tal manera que los autores de la catástrofe, los banqueros de Wall Street, terminaron en algo similar a la inocencia hasta creer que la culpa de la crisis la tenía Grecia. Pero también hay voces alternativas que suenan como las radios comunitarias. Han sido despreciadas y perseguidas en muchos países, pero ahora han ido encontrando su lugar. Las voces de la gente, sin intermediarios, suenan más verdaderas.

    P. ¿Existe una menor implicación ideológica del periodista?

    R. Cualquier forma de apoyo de la diversidad de las voces humanas me parece estimulante, tenga la forma que tenga y se le ponga la etiqueta que se le ponga. Creo en la diversidad de la condición humana. Lo mejor del mundo es la cantidad de mundos que tiene. En Espejos. Una historia casi universal (2008) intenté abarcar el mundo sin hacer caso de las fronteras, el mapa o el tiempo para celebrar la diversidad.

    P. Los episodios de violencia contra la prensa de los setenta en América Latina se repiten en nuestros días. ¿Se puede librar el periodista de la coacción?

    R. Hay espacios de independencia que es posible abrir. En Argentina dirigí la revista cultural Crisis. Pero me tuve que ir porque la revista prefirió quedar parada y no inclinarse ante la voluntad del golpe militar triunfante que implicaba una censura cada vez peor. Pero mientras duró fue una experiencia extraordinaria. Llegamos a vender 35.000 ejemplares. Para los militares tenía un tufillo subversivo porque se le daba la palabra a los que habían nacido para tener la boca cerrada. Mi experiencia de vida me ha enseñado que todos tenemos algo que decir a los demás, algo que hacer por los demás, celebrado o por lo menos perdonado. Algunas voces resuenan y otras no. Hay muchos que están condenados al silencio eterno. A veces las voces desconocidas, despreciadas, ignoradas son mucho más interesantes que las del poder y sus múltiples ecos.

    P. En Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, los Gobiernos andan a la gresca con los medios de comunicación…

    R. Las generalizaciones corresponden a una visión de nuestra realidad, la latinoamericana o del sur del mundo, que el norte tiene. Los débiles, cada vez que intentan expresarse o caminar con sus piernas, resultan peligrosos. El patriotismo es legítimo en el norte del mundo y en el sur se convierte en populismo o, peor todavía, terrorismo. Las noticias son muy manipuladas, dependen de los ojos que las ven o el oído que las escucha. La huelga de hambre de los indios mapuches en Chile ocupa poco o ningún espacio en los medios que más influencia tienen, y una huelga de hambre en Venezuela o Cuba merece la primera plana. ¿Quiénes son los terroristas? ¿Son piratas los que asaltan los barcos o los que pescan violando las leyes y los límites?

    P. El presidente venezolano, Hugo Chávez, es uno de los que andan enzarzados con la prensa ¿Tenemos veredicto con él?

    R. Hay una demonización de Chávez. Antes Cuba era la mala de la película, ahora ya no tanto. Pero siempre hay algún malo. Sin malo, la película no se puede hacer. Y si no hay gente peligrosa, ¿qué hacemos con los gastos militares? El mundo tiene que defenderse. El mundo tiene una economía de guerra funcionando y necesita enemigos. Si no existen los fabrica. No siempre los diablos son diablos y los ángeles, ángeles. Es un escándalo que hoy, cada minuto, se dediquen tres millones de dólares en gastos militares, nombre artístico de los gastos criminales. Y eso necesita enemigos. En el teatro del bien y del mal, a veces son intercambiables como pasó con Saddam Husein, un santo de Occidente que se convirtió en Satanás.

    [El País]

    * Periodista – AIS

    Me gusta

  5. Pregunticas a mí
    POSTED BY JOTAEFEB ⋅ 08/10/2012 ⋅ DEJAR UN COMENTARIO
    ¿Cuántas veces he sido un dictador?

    ¿Cuántas veces un inquisidor, un censor, un carcelero?

    ¿Cuántas veces he prohibido a quienes más quería la libertad y la palabra?

    ¿De cuántas personas me he sentido dueño?

    ¿A cuántas he condenado porque cometieron el delito de no ser yo?

    ¿No es la propiedad privada de las personas más repugnante

    que la propiedad privada de las cosas?

    ¿A cuánta gente usé, yo que me creía tan al margen de la sociedad de consumo?

    ¿No he deseado o celebrado secretamente la derrota de otros,

    yo que en alta voz me cagaba en el valor del éxito?

    ¿Quién no reproduce dentro de sí al mundo que lo genera?

    ¿Quién está a salvo de confundir a su hermano con un rival

    y a la mujer que ama con su propia sombra?

    (Eduardo Galeano)

    Me gusta

  6. América Latina está exorcizando la cultura de la impotencia.

    El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano se consagró hace casi 40 años con el libro Las venas abiertas de América Latina, la obra que el presidente venezolano, Hugo Chávez, escogió para regalarle a su homólogo estadounidense, Barack Obama. Pero la fascinación que Galeano despierta perdura hasta hoy. Un testimonio cotidiano de esa admiración: durante la entrevista, que se realiza en un café de Buenos Aires, un hombre se acercó con discreción con su hija y se sentó en una mesa cercana para poder escucharle. Su último libro, Espejos, habla de un mundo contradictorio que tiene miedo de mirarse, y de reconocerse.

    ¿Cómo define América Latina?

    Es una tierra de encuentros de muchas diversidades: de cultura, religiones, tradiciones, y también de miedos e impotencia. Somos diversos en la esperanza y en la desesperación.

    ¿Cómo incide esa variedad en el presente?

    En estos últimos años hay un proceso de renacimiento latinoamericano en el que estas tierras del mundo comienzan a descubrirse a sí mismas en toda su diversidad. El llamado descubrimiento de América fue, en realidad, un encubrimiento de la realidad diversa. Este es el arcoíris terrestre, que ha sido mutilado por unos cuantos siglos de racismo, de machismo y de militarismo. Nos han dejado ciegos de nosotros mismos. Es necesario recuperar la diversidad para celebrar el hecho de que somos más que lo que nos dijeron que somos.

    ¿Esa diversidad puede ser un impedimento para la integración?

    Creo que no. Toda unidad fundada en la unanimidad es una falsa unidad que no tiene destino. La única unidad digna de fe es la unidad que existe en la diversidad y en la contradicción de sus partes. Hay una triste herencia del estalinismo y eso que llamaron socialismo real a lo largo del siglo XX que ha traicionado la esperanza de millones de personas justamente porque impuso ese criterio, el de que la unidad es la unanimidad. Se confundió así la política con la religión. Se aplicaron criterios que eran habituales en los tiempos de la Santa Inquisición, cuando toda divergencia era una herejía digna de castigo. Eso es una negación de la vida. Es una suerte de ceguera que te impide moverte porque el motor de la historia humana es la contradicción.

    ¿La diversidad puede establecer caminos de vida irreconciliables?

    No siempre. En cualquier caso, no hay que tenerle miedo a la verdad de la vida. Hay que celebrarla, porque lo mejor que tiene la vida es su diversidad. El sistema que domina el planeta nos propone una opción muy clara. Hay que elegir, a ver si querés morirte de hambre o de aburrimiento. Yo no me quiero morir de ninguna de las dos. El sistema dominante de hoy nos impone una verdad única, una única voz, la dictadura del pensamiento único que niega la diversidad de la vida y que por lo tanto la encoge, la reduce a la casi nada. Lo mejor que el mundo tiene está en la cantidad de mundos que él alberga, y eso vale a su vez para América Latina. Lo mejor de ella es la cantidad de Américas que contiene.

    Hablaba de un redescubrimiento latinoamericano. ¿Un ejemplo?

    Bolivia, con Evo Morales, ha redescubierto su diversidad con mucha dignidad y con el orgullo de decir: “Somos diversos, y somos indígenas. Pero no sólo indígenas. Somos diversos. Claro que Bolivia es un país como Paraguay, y hasta cierto punto Uruguay, sometido en cierta medida al peso avasallante de los vecinos grandes, y sobre todo de Brasil, que hoy por hoy se opone a que en el Banco del Sur cada país tenga un voto.

    ¿Cuál es la fuerza de ese proyecto?

    El Banco del Sur es la base financiera de la unidad latinoamericana, un proyecto de Chávez, por cierto. Nace como una respuesta a la dictadura financiera del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, en donde no rige el sistema de un país, un voto. Los votos dependen del capital invertido: tanto dinero, tantos votos, de modo que el Fondo está dirigido por cinco países, y el Banco por ocho, aunque uno se llame Mundial y el otro Internacional.

    ¿Se puede recuperar un funcionamiento democrático?

    Es muy difícil, por la sencilla razón de que la democracia ha sido más formal que real en los procesos históricos latinoamericanos; y en las democracias, para que lo sean de verdad, no tienen que regir relaciones verticales o jerárquicas, donde hay un mandón y un mandado. Tienen que ser horizontales, solidarias, entre iguales capaces de respetarse y reconocerse, porque la verdad es que no nos conocemos. Tenemos que conocernos para empezar a reconocernos, para saber todo lo que podemos aprender del otro. Desde la conquista española hemos sido entrenados por imperios sucesivos para la ignorancia mutua, para el divorcio y el odio mutuo. La especialidad latinoamericana es la guerra de vecinos.

    Brasil puede argumentar que, puesto que es más grande, debe tener más voz.

    Eso parte de la base de que la grandeza coincide con lo grandote. Mi experiencia me enseñado que la grandeza no habita lo grandote. Está escondida en la gente anónima, en el día a día que parece insignificante e indigno de atención. Lo grandote suele ser muy mezquino y de alma chiquita. No quiero decir que Brasil tenga alma chiquita, pero no hay que confundir dónde está la grandeza brasileña, que reside en algunas de sus gentes peor tratadas.

    ¿Héroes anónimos?

    En una charla me preguntaron cuál era mi héroe preferido. Yo dije: “El día que me iba al aeropuerto para iniciar este viaje tomé un taxi, y estuve conversando con el conductor. El taxista trabajaba en el taxi entre 10 y 12 horas, pero después tenía otro empleo. Dormía entre tres y cuatro horas por día para dar de comer a sus hijos. Para él no existían los domingos, ni se acordaba de qué eran. Ese es mi héroe preferido.

    Decía antes que el motor de la historia humana es la contradicción. ¿Cree que hay contradicciones dañinas?

    No tiene por qué ser así. Toda contradicción es una señal de movimiento. Lo que sí hay son injusticias objetivamente dañinas. En América Latina, el abismo que separa a los que tienen de los que necesitan, a la minoría dominante de la mayoría dominada, es cada vez mayor. Esta es una región desigual en un mundo cada vez más injusto, donde los hambrientos superan los 1.000 millones de personas.

    ¿Observa hoy día un cambio significativo en América Latina?

    Sí. Está ocurriendo algo muy lindo, que es una suerte de exorcismo colectivo de los viejos demonios. Y de algunos nuevos también. Uno de los que dejó la herencia colonial fue la cultura de la impotencia, que te mete la idea en la cabeza de que “no se puede”. Y eso vale para los países pobres y para los ricos. Porque Venezuela es un país objetivamente rico, tiene petróleo, pero tiene metido adentro ese concepto de la impotencia contra el que ahora se intenta luchar. Es difícil, porque la cultura del petróleo te entrena para comprar y no para crear.

    ¿Qué quiere decir?

    Te entrenan con la idea de que no hay que tomarse el trabajo de crear las cosas si se las puede consumir comprando. Es la cultura de consumo, no de creación. Nace de la cultura de la impotencia, que es la peor de las herencias coloniales. Te enseña a no pensar con tu cabeza, a no sentir con tu propio corazón, y a no moverte con tus propias piernas. Te entrena para andar en silla de ruedas, para repetir ideas ajenas y para experimentar emociones que no son las tuyas.

    ¿Son diferentes las izquierdas de América Latina?

    Hay de todo, por suerte, justamente porque somos diversos. Por eso es muy injusto generalizar, sobre todo cuando la generalización proviene de miradas ajenas, que miran juzgándote, y juzgándote te condenan. Hay un complejo de superioridad que tienen los países dominantes en el mundo, que se sienten en condiciones de obligar a los demás a rendir exámenes de la democracia, que son los grandes maestros para decidir quién es demócrata y quién no, qué procesos están bien y cuáles están mal. Y cuando esos profesores de democracia vienen a juzgarnos, a mirarnos desde afuera y a condenarnos de antemano, están ejerciendo un derecho de propiedad que es uno de los derechos más repugnantes de todos.

    ¿Qué diferencia hay entre los presidentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia?

    Muchas, porque son expresiones de tres países diferentes. La lista de diferencias es interminable. Pero no es tan interminable la lista de las coincidencias de países que están buscando caminos de liberación después de siglos de opresión y de negación de sí mismos. Son experiencias diferentes de tres países que deciden dejar de escupirse al espejo, dejar de odiar su propia imagen, dejarse de mirar con los ojos de los que los desprecian.

    ¿Qué papel cumple Brasil en esto?

    Uno muy importante, pero el problema es la tentación de una palabra abominable: el liderazgo. Todos los países se atribuyen la intención de ejercerlo y esto genera relaciones contaminadas por el orden jerárquico que niega la igualdad de derechos. Yo no quiero que nadie sea mi líder. No quiero mandar ni ser mandado. No nací para obedecer. Nací para ejercer mi libertad de conciencia. No puedo aceptar la idea de que entre las personas o entre los países haya conductores o conducidos. Hay que ir hacia una sociedad de veras libre.

    ¿Qué opina de la reelección presidencial?

    No me gusta mucho, porque implica cierto apego al poder y eso no es aconsejable en ningún ámbito. El poder en sí, aunque sea un poderito, envenena bastante el alma. Sé que hay que ejercerlo, pero sabiendo que es peligroso. El poder genera monarquías, poderes absolutos, voces que sólo escuchan sus propios ecos incapaces de escuchar otras voces.

    ¿De dónde procede ese intento de perpetuarse en el liderazgo?

    En Europa esto lo atribuyen a la herencia del caudillismo en América Latina, al subdesarrollo, a la ignorancia, a nuestra tendencia al populismo y a la demagogia. Pero hay que asomarse a la historia de los países dominantes para ver hasta qué punto ellos han estado sometidos a la voluntad, por ejemplo, de un tipo completamente loco como Hitler. Es inverosímil: en el país más culto de Europa, millones de personas lo aclamaban. Y los líderes de ahora, ¿qué tienen que venir a enseñarnos? Uruguay tiene una democracia más antigua que la mayoría de los países europeos. Y en materia de derechos humanos, conquistó antes que Estados Unidos y que muchos países europeos la jornada laboral de ocho horas, el derecho al divorcio, y la educación gratuita y obligatoria.

    ¿Por qué no hay apenas relación entre América Latina y África?

    Es un escándalo. Eso proviene del sistema educativo y de los medios de la comunicación. En la mayoría de países de América Latina hay una influencia africana enorme: en la cocina, el deporte, el lenguaje, el arte. Y sin embargo nosotros, de África, no sabemos nada.

    ¿Por qué?

    Por racismo. Sabemos lo que nuestros amos de siglo en siglo han querido que supiéramos, y de nosotros ignoramos casi todo porque a ellos les convenía. Por ejemplo, no les convenía que supiéramos que aquellos esclavos que llegaron de África cargados como cosas traían sus dioses, sus culturas. De todos modos, el desvínculo con África que nació del racismo y la explotación esclava no es latinoamericano, sino de todas las Américas. Por eso me pareció digna de celebración la elección de Obama, aunque luego lo que ha hecho no me convence demasiado.

    ¿Qué representa Obama?

    Uno de mis maestros, don Carlos Quijano, solía decir: “Todos los pecados tienen redención. Todos menos uno. Es imperdonable pecar contra la esperanza”. Con el tiempo aprendí cuánta razón tenía. Lamentablemente, Obama está pecando contra la esperanza que él mismo supo despertar, en su país y en el mundo. Aumentó los gastos de guerra, que ahora devoran la mitad de su presupuesto. ¿Defensa contra quién, en un país invadido por nadie, que ha invadido y sigue invadiendo a casi todos los demás? Y, para colmo, ese chiste de mal gusto de recibir el Nobel de la Paz pronunciando un elogio de la guerra.

    ¿Cuáles son, en su opinión, los miedos del siglo XXI?

    El arte de narrar nació del miedo de morir. Está en Las mil y una noches. Cada noche, Sherezade iba cambiando un cuento por un nuevo día de vida. Pero también creo que el miedo de vivir es peor que el miedo de morir. Y me parece que el asunto, en este mundo y en este tiempo, es ese: el miedo de recordar, el miedo de ser, el miedo de cambiar. O sea: el miedo de vivir.

    ¿Ve un ejemplo de ese miedo en la Cumbre de Copenhague?

    Los asesinos del planeta derraman de vez en cuando alguna lágrima, para que la platea sepa que también tienen su corazoncito. Pero es puro teatro. Bien saben que los modelos de vida de hoy, que ellos imponen, son modelos de muerte. Me pregunto a qué planeta se mudarán estos elegidos del Señor cuando terminen de exprimir la Tierra hasta la última gota.

    Ana Delicado

    Periodista Diario Público

    Adital

    Me gusta

  7. Eduardo Galeano: «La neutralidad es imposible, somos indignos o indignados»

    No hay quien pueda con la capacidad de contagio que tiene la indignación, subrayó el escritor.

    El escritor uruguayo Eduardo Galeano afirmó a su llegada a La Habana que la neutralidad es imposible en un mundo que se divide entre indignos e indignados.

    O se es indigno o indignado, recalcó en breve diálogo con la prensa a su llegada a esta capital, tras más de 10 años de ausencia, invitado por Casa de las Américas, cuyo 53 Premio Literario inaugurará el próximo lunes.

    La crisis que sufre el planeta ha llevado a muchos a aceptar lo inaceptable obligándolos a la indignidad. Es por eso, agregó, que surgen movimientos, como el de los indignados, que de pronto se vuelven peligrosamente contagiosos en todos los países.

    No hay quien pueda con la capacidad de contagio que tiene la indignación, subrayó refiriéndose a los movimientos sociales surgidos en varias naciones para expresar sus reclamos en protesta contra la desigualdad y el desempleo.

    A su juicio en todas partes se respira una energía de cambios que busca manifestarse. Las izquierdas, opinó, están en todos lados. Los procesos de cambios que de veras se dan, crecen lentamente de abajo hacia arriba y de adentro hacia fuera. A veces son silenciosos, casi secretos, pero existen en todas partes.

    Vuelvo a Cuba sin haberme ido porque esta isla siguió siempre viva dentro de mí, en mis palabras, en mis actos y mi memoria, una memoria viva de todo lo que de ella recibí, aseveró.

    Nunca oculté mi admiración por esta Revolución, ejemplo de dignidad nacional y solidaridad en un mundo donde el patriotismo es un derecho negado a los países pequeños y pobres, destacó.

    Nunca conocí en mi vida un país tan solidario como este, ninguna Revolución tan ofrendada a los demás como esta, expresó.

    Al referirse a su relación con Casa de las Américas, mi Casa, dijo, destacó que en los inicios fue un amor poco correspondido. Recuerdo como escribí Las venas abiertas… para llegar a tiempo al concurso literario. Tanto esfuerzo y perdí en el certamen, rememoró.

    Laureado luego en tres ocasiones, regresa a la institución para presentar su libro Espejos, una historia casi universal, Premio Honorífico de Narrativa José María Arguedas 2011.

    Es un texto, comentó, en el que ofrezco una tentativa de ayudar a la recuperación del arcoiris terrestre que contiene más colores y fulgores que el celeste.

    Quería ayudar a recuperar esos colores perdidos porque estamos ciegos, mutilados por una largísima tradición de racismo, de machismo, elitismo, de militarismo y de otros ismos que nos impiden descubrirnos en toda la plenitud de nuestra belleza posible, apuntó.

    A una pregunta sobre si creía que el presidente estadounidense, Barack Obama, había leído su libro Las venas abiertas de América Latina, que el gobernante venezolano, Hugo Chávez, le obsequió en 2009, durante la Cumbre de Trinidad y Tobago, respondió que fue un acto simbólico.

    No creo que lo haya leído. Fue, afirmó, una manera de decirle a Obama que existen otras voces distintas a las que esta acostumbrado a oír de sus asesores.

    Sobre cómo ve a América Latina expresó que hoy está caminando. Yo también camino, caminar es un ejercicio imprescindible, creo que las ciudades se conocen o se reconocen con los pies, se leen con los pies.

    Lo mismo ocurre con los procesos colectivos, agregó, cuando se viven como se deben vivir las cosas, se camina, se anda. Así uno entra en otro, concluyó.

    Fuente: Cubadebate.

    Me gusta

  8. no hay en mi fantasia mas utopica que tomar unos mates o un cafe con El mi edurdo galeano a quien amo y admiro profundamente,desde que lo conozco(en sentido literario) atraveso mi vida como un poderoso rayo de sensatez,conciencia,amor gracias por este regalo

    Me gusta

Deja un comentario